Desde la entidad instan a que se busquen alternativas para que los usuarios puedan volver a su rutina y que no se acelere su deterioro tal y como pasó durante la pandemia. Los centros más afectados será necesario cerrarlos para su transformación puesto que han sido arrasados por el agua. Es el caso de un centro en Picanya. Según el presidente de AERTE José María Toro una solución sería derivar a los residentes a otros centros.
La DANA ha afectado a numerosas residencias, entre públicas y privadas, y provocaba el fallecimiento de seis residentes de unos 1600 que estaban en ellas. Los desperfectos se han concentrado en las plantas bajas en la zona de talleres o cocinas. Han recuperado cierta normalidad aunque reconoce Toro el importante impacto emocional que ha supuesto lo sucedido para algunos residentes.
En cuanto a la ayuda a domicilio preocupan aquellas personas que están en sus domicilios, y que no cuentan con este tipo de asistencia, puesto que contaban con la ayuda de familiares. Instan a que desde los consistorios se estudie que personas pueden estar en esta situación para poder ayudarles.