No cabe duda de la importancia de la afición del Valencia. Cuando salieron a la venta las 1.500 localidades de grada visitante para el partido en el Martínez Valero, los valencianistas las agotaron en escasas horas. A esos 1.500 hubo que sumar todos los que compraron la entrada por su cuenta y que convirtieron el Martínez Valero en un pequeño Mestalla con más de 5.000 valencianistas apoyando a los de Baraja.
Ese apoyo se notó ya a la llegada del autobús del equipo al estadio ilicitano. Miles de valencianistas aguardaron la llegada del equipo para mostrar ese apoyo incondicional. Antes de que comenzara el encuentro, la afición ya había marcado el primer gol.
Y el estadio del Elche estalló de alegría con el gol de Samuel Lino, el de Verdú en propia puerta y al finalizar el partido. Una victoria que si bien no saca al equipo de los puestos de descenso, permite seguir soñando con la salvación. El Valencia no puntuaba fuera de Mestalla desde el pasado mes de noviembre en el empate ante la Real Sociedad. O... quizá ayer no fuera un partido a domicilio por lo visto en el graderío. El Martínez Valero convertido en Mestalla.
Al acabar el encuentro el técnico Rubén Baraja quiso agradecer ese apoyo. "Ha sido brutal el recibimiento. Ha sido muy emotivo. Llegar a un estadio rival y sentir el cariño de tu gente para saltarte las lágrimas. Poder vivir esto como entrenador es un privilegio. Solo podemos darles las gracias por el esfuerzo. Los necesitamos de aquí al final. Que nos empujen y nos ayuden y que nosotros les devolvamos con esfuerzo y trabajo".