piden que se amplíen los días de caza

Los agricultores de l’Horta denuncian pérdidas de hasta el 40% de sus cosechas por culpa de la proliferación de aves silvestres

Los labradores aseguran que el problema se agrava en Fallas porque los pájaros huyen de la ciudad a causa del ruido de la pirotécnia y los petardos

Nacho Reig

València |

Imagen de una planta picada por las aves
Imagen de una planta picada por las aves | AVA-ASAJA

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ha denunciado este martes que la presencia masiva de aves silvestres está poniendo en peligro la producción de los cultivos en l’Horta de València. Palomas, cotorras, estorninos y tórtolas están causando daños de entre el 30 y el 40% de las cosechas, según esta organización. Las pedaías de Borbotó, Carpesa, Poble Nou y Castellar son algunas de las zonas más afectadas.

Los agricultores aseguran que grandes bandadas de pájaros descienden sobre los campos de hortalizas, especialmente lechugas, nabicoles, alcachofas, chufa y patatas. Los daños más frecuentes se producen por las picadas de las aves a las plantas superficiales, pero también ocasionan perjuicios indirectos al ingerir los trozos de grano presentes en el abono de los cultivos, lo que reduce su aporte nutricional.

Desde AVA-ASAJA explican que la presencia de estas aves silvestres es habitual durante todo el año, pero experimenta un incremento durante las Fallas debido a que huyen del ruido de los espectáculos pirotécnicos de la ciudad. Por eso solicitan a las administraciones medidas como una ampliación del permiso de caza, actualmente establecida en dos días por semana, para poder reducir la presencia de estas especies.

Vicente Sebastià, responsable de la sectorial de hortalizas de AVA-ASAJA, cifra entre el 30 y el 40% la producción que puede llegar a verse afectada por la invasión de estos animales silvestres: “Las aves suelen situarse en terrenos que se encuentran alejados de los núcleos de población, sobre todo en aquellos cercanos al tendido eléctrico. Se colocan encima del cableado y de ahí bajan a alimentarse de los cultivos próximos”, asegura. Sebastià indica que “en los últimos dos o tres años la situación ha empeorado, están devorando nuestras cosechas, y no parece que haya fin a esto. Trabajamos sin descanso para cultivar nuestros productos, y ahora nos enfrentamos a pérdidas considerables debido a estas aves”.

Como medida preventiva, los horticultores han tenido que recurrir a la colocación de diversos tipos de espantapájaros para disuadir a los animales. Antonio Balaguer, delegado de Borbotó de AVA-ASAJA detalla que las aves “están afectando la calidad de nuestros cultivos y reduciendo la producción. Estamos probando diferentes métodos para ahuyentarlas, pero es una batalla constante. Los repelentes ya no sirven y tenemos muchas veces que cambiar de sitio los dispositivos al perder efectividad”.