Bolsas llenas de productos que den vida a una casa, plásticos que envuelven almohadas y herramientas para instalar todos los cables sueltos se suceden en el nuevo edificio propiedad del Ayuntamiento de València que la próxima semana llenará más de un centenar de familias afectadas por el incendio de Campanar.
Todo se ultima a contrarreloj para que en sus siete plantas todo esté habitable. Son 131 viviendas ubicadas en el valenciano barrio de Safranar las que servirán como hogar provisional de muchos de los afectados por el incendio que este jueves dejó sin nada y con lo puesto a decenas de familias que ahora contarán con una provisional vivienda, de nueva construcción, con entre 2 y 3 dormitorios y hasta 75 metros cuadrados, para suplir la destrucción de sus pisos.
De hecho, los damnificados por este incendio que ha causado diez víctimas mortales tienen que hacer noche desde el jueves en un hotel de la ciudad y no podrán acceder a este nuevo recinto hasta la próxima semana, cuando ya estén completamente amuebladas la práctica totalidad de pisos de la finca.
El edificio, ubicado a unos dos kilómetros de Campanar y que ha sido cedido por el Ayuntamiento de la ciudad, está rodeado de una zona nueva y cerca de barrios como Patraix o Zafranar, que cuenta con servicios propios como colegios, un hospital cercano -el Doctor Peset- o supermercados, aunque la prioridad ahora mismo de los técnicos es terminar de amueblar cada una de las viviendas.
Rodeado de edificios a estrenar o en construcción, esta finca, de siete alturas y cuatro escaleras, ha recibido en las últimas horas un aluvión de solidaridad por parte de varias empresas nacionales y sobre todo valencianas que han decidido ‘vestir’ cada una de las viviendas.
Almohadas, camas, toallas, cubiertos, kits de limpieza... Los objetos se amontonan sobre estos pisos que tienen lo básico para vivir pero con buenos acabados, como una mesa y sillas en el comedor, una cocina con lavadora y lavaplatos y un suelo de tarima.
Aunque aún falta para que esté preparado para recibir hasta a 131 familias, este complejo también cuenta con 84 plazas de garaje distribuidas en dos sótanos y 22 cuartos trasteros, igualmente construidos en los dos sótanos, según detallaron fuentes municipales cuando la alcaldesa, María José Catalá, anunció que el Ayuntamiento ponía a su disposición este inmueble como medida de emergencia.
Asimismo, tiene habilitadas 131 plazas de bicicleta en la planta baja con acceso desde el zaguán.
En cuanto a las 131 viviendas, 85 de ellas tienen dos dormitorios con una superficie útil de entre 45 y 53 metros cuadrados mientras las 46 viviendas restantes tienen tres dormitorios y cuentan con una superficie entre 65 y 74 metros cuadrados.
Esto paliará, aunque sea mínimamente, la imperiosa necesidad de los afectados por volver a contar con un lugar para poder convivir con sus familiares y tener un sitio para, desde la calma, poder rehacer la vida familiar de aquellos que lo han perdido todo.
El Ayuntamiento también ha puesto a disposición de los afectados el espacio de la Harinera, del barrio del Grau -junto al puerto-, donde se han ubicado 25 lugares de trabajo dotados con ordenadores portátiles y wifi para que todos aquellos que así lo quieran puedan trabajar o comunicarse de forma telemática.