El Ayuntamiento de València quiere evitar la desaparición de los pavimentos Nolla que todavía quedan en la ciudad. Estos suelos, confeccionados mediante unas piezas cerámicas de mosaico fabricadas en Meliana, se pusieron de moda en el último tercio del siglo XIX y principios del XX y están considerados una auténtica joya.
Actualmente su conservación es obligatoria solamente en Ciutat Vella y ahora el Ayuntamiento la extenderá a toda la ciudad. El gobierno local ya ha iniciado los trámites para hacer extensivo a todo el término municipal las mismas medidas de conservación que prevé para este tipo de suelos el Plan Especial de Protección (PEP) de Ciutat Vella.
Los pavimentos salidos de la fábrica Nolla de Meliana siguen decorando muchas viviendas particulares y edificios públicos de València. La propia Casa Consistorial contiene varios de ellos en las estancias nobles de la primera planta del edificio.
El problema es que es habitual que en muchas reformas éstos pavimento se quiten y sean sustituidos por soluciones más modernas. Algo que va a prohibir ahora el Ayuntamiento, como explica la concejala de Patrimonio Cultural, Gloria Tello:
Este tipo de pavimentos de mosaico comenzaron a hacerse en Inglaterra y fueron introducidos en nuestro país en la segunda mitad del siglo XIX por Miguel Nolla en su fábrica de Meliana. La fábrica todavía se conserva, aunque con otros usos, así como el chalé anexo que el empresario construyó como muestrario y que el Ayuntamiento de la localidad mantiene abierto al público tras una restauración parcial.