Este mes de noviembre se cumplen dos años del cierre del balneario municipal de La Alameda. El Ayuntamiento de València decretó su clausura en noviembre de 2022, después de que una inspección municipal detectara la bacteria de la legionella en las instalaciones.
El pasado mes de junio el gobierno local encargó a una empresa externa la realización de un informe para evaluar el estado que presenta el recinto, con el fin de reclamar daños y perjuicios a la empresa gestora. Fuentes municipales han confirmado que ese informe todavía no está acabado, pero se encuentra en su fase final. En una primera revisión realizada entonces, el consistorio detectó deficiencias como paredes y techos descascarillados y llenos de humedades, así como teselas sueltas y oxidación de elementos metálicos en la zona del “spa”.
El informe de daños encargado por el Ayuntamiento servirá también para marcar las necesidades de cara a volver a licitar la concesión del balneario. La intención del consistorio es cederlo a otra empresa durante un período de, al menos, 25 años.
Por su parte, la empresa que ha venido gestionando el servicio a lo largo de los últimos años considera que la orden de cierre decretada por el Ayuntamiento fue “arbitraria e ilegal” y la mantiene recurrida ante los tribunales. La empresa aseguraba que analíticas posteriores a las realizadas por el Ayuntamiento revelaron que ya no había legionela en las instalaciones.
Antiguo Asilo de Lactancia
Este balneario municipal está situado en el edificio conocido como Asilo de la Lactancia, construido para dar servicio a las mujeres que trabajaban en la antigua Tabacalera, ubicada justo enfrente. En 2003 el Ayuntamiento se lo compró a la Universitat de València con el fin de convertirlo en un balneario público que aprovechara las aguas termales existentes bajo el subsuelo de La Alameda, que abrió en 2006.