La Alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha sido protagonista en Onda Cero Valencia donde ha sido entrevistada en el programa "Más de Uno Valencia".
Este próximo sábado juegan en el Bernabéu el Real Madrid y el Valencia. Y desde ciertos sectores se ha vuelto a avivar la idea de que Mestalla es un estadio racista al hilo de lo que sucedió la pasada temporada en Mestalla con Vinicius.
María José Catalá ha sido muy contundente al afirmar que "no tolero que a la afición del Valencia se le llama racista". Dice la primera edil del Ayuntamiento que "ya lo dije el año pasado y lo vuelvo a decir. Mi marido, mi cuñado, mi sobrina... van a Mestalla y no son racistas. Y van todos los partidos sin faltar ni uno. Son personas que van a disfrutar del Valencia, son muy valencianistas, somos valencianistas en casa y yo no tolero que nadie llame racista a la afición del Valencia. No lo es, no lo ha sido nunca y es una de las mejores aficiones de este país. Si hay intolerantes se tienen que aplicar medidas contra ellos, pero lo que no tolero son las generalidades. No tolero que lo digan porque esta ciudad no lo es y la afición del Valencia tampoco. Avivar y alimentar polémicas de este tipo quita la atención sobre lo realmente importante que es lo deportivo".
La Alcaldesa además confesaba que "yo espero que el Valencia gane este partido. Yo estaré desde mi casa, desde la distancia con mis amigos viendo el partido como siempre. No me gusta que se coja a la afición del Valencia y se le diga cualquier cosa. De eso nada, se acabó. El racismo es un tema muy grave. Creo que culpar a toda una afición me parece tremendamente injusto".
También ha vuelto a referirse a la situación sobre el nuevo Mestalla. "El primer paso lo tiene que dar el Valencia. El Valencia ahora tiene una licencia que está siendo supervisada por los técnicos municipales. Le estamos solicitando que subsane algunas deficiencias del proyecto. Cuando lo haga se dará la licencia. Y cuando se empiecen las obras, y solo cuando se empiecen, empezaremos, no a firmar el convenio, sino a negociar el convenio".
Insistía Catalá en que "yo quiero incorporar unas garantías importantes para que la ciudad vea que esto va en serio. Es el momento de bajar el nivel de decibelios, de intoxicación y de utilización de este tema para protagonismos políticos, personales o de otro tipo. Volver a recuperar el sentido común y pensar que es lo bueno para la ciudad y qué es lo que le toca hacer al Valencia".