El Gobierno valenciano ve con "optimismo" el trasvase Júcar-Vinalopó y ha subrayado que el agua "no puede suponer una guerra". Así lo ha manifestado la consellera y portavoz, Ruth Merino, tras ser preguntada por la firma este jueves del convenio.
Este trasvase, aprobado a finales de septiembre por el Gobierno central, pretende garantizar un suministro mínimo de 278 hectómetros cúbicos para el riego en la provincia de Alicante durante la próxima década.
"Hay que llegar a acuerdos basándose en la solidaridad y en criterios técnicos", ha señalado Merino.
Reacciones políticas
En Les Corts, tras la Junta de Síndics, los grupos políticos han defendido sus posiciones en torno al convenio.
PPCV y Vox, que conforman el Consell, han celebrado la firma del trasvase y han afeado a los socialistas los "muros" y las "trabas" que han puesto desde el Gobierno central al trasvase.
Desde la oposición, por parte del PSPV-PSOE, la síndica, Rebeca Torró, ha acusado a los populares de atribuirse logros de "gestión socialista" como este acuerdo. Preguntada por si era la única alternativa, Torró ha apuntado que contempla "toda la seguridad jurídica y medioambiental". "No es que la solución pase por los trasvases, hay que estudiarlo en cada momento", ha remarcado, destacando que "los regantes están satisfechos".
Más críticos han sido desde Compromís. Joan Baldoví, síndic en Les Corts, ha sostenido que el trasvase "no es la solución definitiva" ante el "riesgo" de que llegue el día en que el Júcar "no tenga agua". En este sentido, la apuesta de la formación valencianista pasa por otras "alternativas", entre ellas, la "depuración" del agua o el "abaratamiento" del coste para los regantes.