La Policía Local de València ha decomisado más de mil productos, entre ellos supuestamente cogollos de marihuana o flores de CDB, que no estaban identificadas y etiquetadas, en una tienda de derivados del cannabis que funcionaba sin licencia. En total se han decomisado 100 envases con un valor de venta al público de 2.350 euros y un peso de 761,5 gramos. También se han incautado otros productos por deficiencias en el etiquetado como papel de fumar.
Los hechos ocurrieron el pasado jueves cuando una patrulla del Marítimo que prestaba vigilancia en la calle Yecla percibió un fuerte olor a marihuana que procedía de un establecimiento dedicado a la venta de productos de cultivo de cannabis y decidieron entrar en el local. Los agentes entrevistaron a los propietarios y comprobaron que carecían de licencia de actividad o declaración responsable, seguro de responsabilidad civil, extintores u hojas de reclamaciones.
El comercio, situado en la Plaza Olof Palmer, tenía expuestos para la venta al público todo tipo de productos relacionados con el consumo de marihuana como CDB, papel de fumar, mecheros, fertilizantes, cachimbas, grinders, boquillas o filtros. Además, encontraron deficiencias en el etiquetado de los productos, ya que o bien no tenían o no indicaba la procedencia y el uso. Esto impide saber si los productos se venden para decoración o para ser inhalados o fumados.
Al revisar los productos, los policías constataron que gran parte de los productos que se vendían en el comercio resultaban plenamente coincidentes en aspecto, forma y color a sustancias psicotrópicas ilegales. De esta manera, la patrulla comprobó que se comercializaban sustancias, como productos con cannabis (CBC), que se consideran estupefacientes por la Convención Única de 1961. Según esta norma la fabricación, exportación, comercialización y uso de estas sustancias solo son legales cuando sea para usos medicinales.
Los agentes procedieron al decomiso de toda la sustancia vegetal verdosa (supuestamente cogollos de marihuana o flores de CDB) que no estaban identificadas y etiquetadas, en caso de que su distribución pudiese suponer un delito de tráfico de drogas.
Posteriormente, los agentes visitaron la página web de la empresa, en la que explicaban cómo las semillas y flores estaban destinadas al consumo personal y a la plantación y no a la decoración, tal y como se explicaba en el comercio.
