INVESTIGACIÓN

Desarrollan en València lechugas doradas con mayor capacidad antioxidante y más ricas en vitamina A

El proyecto lo lidera un equipo de investigadores de la Universitat Politècnica de València y el CSIC, a través del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas

Núria Moreno

València | 12.09.2024 14:42

Imagen facilitada por la UPV.
Imagen facilitada por la UPV. | UPV

Un equipo de investigadores de la Universitat Politècnica de València y el CSIC, a través del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, han desarrollado unas lechugas doradas con mayor capacidad antioxidante y más ricas en Vitamina A.

La técnica ha consistido en multiplicar su contenido en beta-caroteno, un pigmento natural de las plantas, responsable, por ejemplo, del color naranja de las zanahorias y que cuenta con "grandes propiedades" para la salud. En concreto, es el principal precursor de los retinoides, compuestos químicos con importantes funciones en el organismo (visión, sistema inmune…).

Los investigadores, dirigidos por Manuel Rodríguez Concepción, profesor de investigación del CSIC en el IBMCP, han utilizado plantas de tabaco (Nicotiana benthamiana) como modelo de laboratorio y de lechuga (Lactuca sativa) como modelo de cultivo, y hanconseguido aumentar el contenido de beta-caroteno en las hojas "sin afectar negativamente otros procesos vitales como la fotosíntesis".

"Nuestro trabajo ha conseguido producir y acumular el beta-caroteno en compartimentos celulares donde no se encuentra normalmente mediante la combinación de técnicas biotecnológicas y tratamientos con alta intensidad de luz", ha explicado.

El trabajo demuestra que, mediante técnicas biotecnológicas y tratamientos con alta intensidad de luz, se puede multiplicar hasta 30 veces los niveles de beta-caroteno en hojas creando nuevos lugares para almacenarlo, sin que esto afecte a procesos vitales como la fotosíntesis. Los resultados se han publicado en la revista Plant Journal.

El beta-caroteno es uno de los principales carotenoides, pigmentos que se encuentran de forma natural en plantas y otros organismos fotosintéticos y que son beneficiosos para la salud, con propiedades antioxidantes, inmunoestimulantes y promotoras de las capacidades cognitivas.

Manuel Rodríguez es profesor de investigación del CSIC y director del equipo que las ha desarrollado.

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La pregunta es cuándo podríamos consumirlas.

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El beta-caroteno, según los expertos, tiene grandes propiedades beneficiosas para la salud, relacionadas con la vista o el sistema inmune.

Los resultados de este estudio, que publica la revista Plant Journal, demuestran que es posible multiplicar los niveles de beta-caroteno en las hojas creando nuevos lugares para almacenarlo fuera de los complejos fotosintéticos.

Por una parte, han conseguido almacenar elevados niveles de beta-caroteno en los plastoglóbulos, vesículas de almacenamiento de grasas presentes de forma natural dentro de los cloroplastos. Estas vesículas no participan en la fotosíntesis y no acumulan carotenoides normalmente.

“Estimulando la formación y el desarrollo de plastoglóbulos con técnicas moleculares y tratamientos de luz intensa se consigue no solo aumentar la acumulación de beta-caroteno, sino también su bioaccesibilidad, es decir, la facilidad con la que puede ser extraído de la matriz alimentaria para ser absorbido por nuestro sistema digestivo”, asegura Luca Morelli, primer firmante del trabajo.

Por otro lado, el estudio demuestra que la síntesis de beta-caroteno en plastoglóbulos se puede combinar con su producción fuera de los cloroplastos mediante abordajes biotecnológicos.

En ese caso, comenta Pablo Pérez Colao, coautor del trabajo, “el beta-caroteno se acumula en vesículas similares a los plastoglóbulos pero localizadas en el citosol, la sustancia acuosa que rodea a los orgánulos y al núcleo de las células”.

La combinación de ambas estrategias consiguió un aumento de hasta 30 veces en los niveles de beta-caroteno accesible en comparación con hojas no tratadas. La acumulación masiva de beta-caroteno aportó además una característica coloración dorada a las hojas de lechuga.

En opinión de los investigadores, el descubrimiento de que el beta-caroteno puede producirse y almacenarse a niveles muy elevados y de forma más bioaccesible fuera de los lugares donde normalmente se encuentra en las hojas “representa un avance muy significativo para mejorar la nutrición a través de la biofortificación de verduras y hortalizas como lechugas, acelgas o espinacas sin renunciar a su característico aroma y sabor”.

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