Propietarios e inquilinos del edificio incendiado en el barrio de Campanar de València el pasado 22 de febrero, en el que murieron diez personas, difieren sobre el destino de los fondos de la campaña principal de micromecenazgo que se inició para ayudar a los afectados.
Según los primeros, desde el principio se dijo que el dinero era para ayudar a los propietarios a reconstruir el edificio, en el caso de que fuera factible, mientras los segundos defienden que la recaudación era para todos los damnificados, independientemente de que fueran propietarios o inquilinos.
El vicepresidente de la Asociación de Propietarios del incendio de Campanar (Aproicam), Enrique Salvador, ha manifestado que "no ha habido ningún malentendido; desde el primer momento, los impulsores del 'crowfunding', Sergio y Violeta, dijeron que las ayudas eran para que los propietarios reanudaran la vida en el barrio y eso pasaba por reconstruir, si se podía, las viviendas".
Sin embargo, desde la Asociación de Residentes Damnificados del Incendio de Campanar (Ardic), que aglutina a propietarios, inquilinos y familiares de daminificados, su vicepresidente, Manuel Fandos, ha señalado que la campaña se inició como una recaudación impulsada por las fallas del barrio para "todos los residentes, independientemente de que fueran propietarios o inquilinos".
Según ha lamentado Salvador "los inquilinos tienen todas las ayudas y si tienen seguro de contenido, han podido recuperar todo el valor de sus enseres pero nosotros no, nuestros seguros serán insuficientes. Hemos perdido, aparte del contenido, toda la vivienda, los ahorros de toda nuestra vida".
Por su parte en un comunicado Ardic ha advertido que Aproicam "no representa a todos los propietarios, sino solo a aquellos que forman parte de dicha asociación", y ha agregado: "muchos propietarios son inversionistas, que cuentan con varias propiedades en su poder y que no vivían allí", por lo que ven "injusto" que las donaciones "vayan a este tipo de inversionistas en lugar de a damnificados".