Está previsto colocar sensores en un total de 1.060 plazas repartidas por toda la ciudad (695 de movilidad reducida, 329 de carga y descarga y 36 de taxis). De momento ya se han instalado los primeros 65 sensores y el Ayuntamiento espera que el resto acaben de colocarse durante el primer trimestre del año que viene. Los datos podrán consultarse, entre otros lugares de internet de acceso libre, a través de la aplicación municipal “APP València”, según ha explicado el concejal de Agenda Digital, Pere Fuset.
También será posible que desde el Ayuntamiento comprueben si un vehículo estacionado en cualquiera de estas plazas está autorizado o no para usarla o, en el caso de los transportistas, reservar telemáticamente una zona de carga y descarga. Además, según el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, la información recogida por los sensores permitirá que el gobierno local sepa si hace falta o no crear más zonas de carga y descarga en algún punto de la ciudad.
El proyecto se enmarca en la iniciativa IMPULSO VLC-I, presentada hace dos años por el gobierno local para desarrollar estrategias de gestión inteligente, con una inversión total prevista de casi 6 millones de euros. El setenta por ciento de estos fondos provienen del Ministerio de Economía y de la Unión Europea.