Según apunta el sindicato, las nuevas medidas de seguridad derivadas de la crisis de la COVID-19 exigen, ahora más que nunca, distanciamiento social y medidas de protección de deben ser más rigurosas, en los centros de Atención Primaria al ser estos lugares de mayor riesgo de transmisión de la infección. Medidas que exigen la entrada escalonada a los centros, la valoración de la demanda previa a la consulta, las esperas por separado y más tiempo para atender correctamente a los pacientes, entre otras.
Desde el sindicato médico, su vicesecretario general Victor Pedrera, reclama a la Conselleria de Sanitat que dote a todos los Centros de Atención Primaria de vigilantes de seguridad.
Asimismo, reclama que sea la Administración Sanitaria la que actúe de oficio contra cualquier agresor y avisa que se emprenderán acciones legales contra la persona causante de agresión de la que sea objeto cualquier facultativo en el desempeño de sus funciones y contra la Administración sanitaria, inciden, por su pasividad.