Hoy con Leleman venía pensando en… el palo del sábado
Porque toda la ilusión que había generado el Valencia tras la goleada al Getafe se vino abajo en Vallecas. No hubo ni rastro de ese equipo que una semana antes nos había maravillado en Mestalla. Es como si hubiese desaparecido en solo una semana. Y eso que al equipo volvían dos futbolistas de los importantes: Gayá y Paulista.
Reconozco que el subidón de ilusión que supuso el encuentro ante el Getafe quedó diluido al ver la imagen del Valencia en Vallecas. Lo cierto es que ni antes éramos los mejores ni ahora somos los peores. El equipo anda en construcción y por eso puede llegar a ser hasta normal que haya cierta irregularidad.
Calma. Esa fue la primera palabra que me vino a la cabeza después de ver la decepcionante actuación en Vallecas. Al equipo le faltó, como dijo Gattuso, intensidad desde el primer minuto de juego y así es imposible salir vivo de un campo que históricamente no es que se le dé demasiado bien a los valencianistas.
Me gustó el italiano en su discurso al acabar. No buscó excusas y fue muy sincero reconociendo la absoluta superioridad de los vallecanos. Se puso como el principal responsable de la derrota y fue certero a la hora de apuntar lo que le había pasado al equipo: intensidad y mentalidad. Si después del encuentro ante el Getafe dijo que habían jugado 70 minutos, en Vallecas reconoció que solo habían jugado 10. Y así fue.
Pero como dijo el gran Manolo Preciado, y no esto no es el abroche, ni antes éramos el Bayern Leverkussen ni ahora somos la última mierda que cagó pilatos. Poco a poco, con calma y con mucho trabajo no me cabe duda que este equipo… irá creciendo.