Hoy con Leleman venía pensando en… el susto de Gayá.
Ayer cuando conocimos que se había lesionado con España, a todos los valencianistas se nos sobrecogió el corazón. Porque Gayá merece jugar este Mundial incluso siendo el titular de la selección española. Su esfuerzo y pelea junto a su calidad tanto profesional como humana merecen poder disfrutar de la experiencia de jugar el campeonato del mundo. Y no podía ser que una lesión lo impidiera.
Afortunadamente las pruebas han reflejado que el esguince es leve y que por tanto podrá estar a las órdenes de Luís Enrique. Y yo me acordaba ayer de esa foto de Lázaro de la Peña del último partido que Gayá jugó en Mestalla. En ella se ve al de Pedreguer con el rostro del esfuerzo bajo la intensa lluvia que cayó ese día en Mestalla. Una vez más Gayá demostraba que su compromiso con el Valencia está hecho a prueba de bombas y de mundiales.
Quizá haya habido futbolistas que se han reservado para llegar en condiciones al Mundial. Gayá no es de esos. El día antes que Luís Enrique diera la lista de España, él estaba batallando bajo la lluvia en Mestalla, sin regatear ni un solo esfuerzo durante los 95 minutos que duró el partido. El riesgo de poder quedarse sin un Mundial por una fatídica lesión no entraba en su cabeza frente al amor y compromiso que siente por su club, el Valencia.
Por eso Gayá merece estar en condiciones para disputar el Mundial, por eso a los valencianistas se nos sobrecogió el corazón cuando nos enteramos de sus problemas en el tobillo. Queremos ver a nuestro capitán defendiendo a España porque estamos seguros que lo hará con el mismo compromiso y dedicación como lo hace con el Valencia. Sin regatear esfuerzos. Así es Gayá.