Hoy venía pensando en… la ausencia de Carlos Marchena en el cuerpo técnico de Baraja.
El técnico ya ha llegado a un acuerdo con el Valencia para las próximas dos temporadas. Su trabajo al frente del equipo, salvación incluida, le ha valido su renovación. Pero en esta ocasión no le acompañará Carlos Marchena en su nueva aventura. Razones personales y una probable oferta del Sevilla para ser su director deportivo si se produce la salida de Monchi son algunas de las causas que se han apuntado.
A priori no me gusta que Marchena no vaya a formar parte del cuerpo técnico de Baraja. El Sevillano, no me cabe duda, hacía mejor a Baraja en el banquillo. Porque esa debe ser la labor de un segundo: hacer del primero mejor entrenador. Y Carlos lo hacía con Rubén.
Ambos son dos leyendas del valencianismo y ambos entendieron perfectamente lo que significa el Valencia, la ciudad, sus aficionados y todo lo que envuelve al valencianismo pese a ser de fuera. Uno de Castronuño y el otro de las Cabezas de San Juan son dignos discípulos del que ha sido el mejor entrenador de la historia del Valencia: Rafa Benítez. De él aprendieron y con él consiguieron convertir esos años en “los mejores años de nuestras vidas”. No fue casualidad lo que sucedió ni en 2002 ni en 2004. Solo con futbolistas como ellos se podía conseguir lo que se consiguió en aquellos años.
Y ambos saben que hay que subir el nivel de exigencia en todos los estamentos del club. La falta de autoridad desde la llegada de Meriton, a excepción de los dos años de Marcelino-Mateu, no solo ha empobrecido al equipo sino que lo ha instalado en una especie de conformismo. Como si el Valencia no tuviera 6 ligas, 8 copas y otros tantos títulos europeos…
Recuperar esa exigencia será la principal labor de Baraja. Hay que abrir y airear ese vestuario prescindiendo de futbolistas que “sobran”. Pero ya no estará Carlos para hacer esa tarea. Y a mi, lo vuelvo a decir, a priori… eso no me gusta.