Hoy venía pensando en… la campaña contra Hugo Duro.
Llevo un par de días escuchando que el delantero del Valencia hizo teatro. ¿Teatro? En serio. Hubo contacto de Torrente con la mano en la cara de Hugo. Para mí no suficiente como para pitar penalti , si, pero de ahí a decir que hizo teatro media un abismo. Teatro es cuando alguien finge que ocurrió una cosa que no ocurrió. Y no fue así. El contacto existió y por eso Garcia Verdura pitó penalti y por eso Del Cerro, en el VAR, no avisó al colegiado para que revisara la jugada.
Luego está lo que pasó en el final de esa primera parte con Paco López. Entiendo el enfado del entrenador del Granada. Fue perjudicado por la decisión del colegiado. Y conozco a Paco y sé del pronto ese que tiene. Solo hay que ver cómo contestó a mi buen amigo Alex Silvestre cuando le preguntó por su futuro. Tal vez por eso reaccionó diciéndole a Hugo Duro eso de “como ve vuelvas a mandar callar, te rompo la cara”. Que digo yo que el delantero del Valencia le mandaría callar porque le acusaría de hacer teatro. Lo dijo en rueda de prensa él mismo, que Hugo había hecho teatro. Pero no dijo toda la verdad. Según Paco López le trató con respeto. Eso dijo. Y las cámaras de televisión le dejaron en evidencia.
En cualquier caso me duele esa campaña que parece ha empezado en contra de un delantero que con un esguince de clavícula quiso jugar infiltrado para no dejar tirado a su equipo. Tal vez todo ese ruido tenga que ver con el rival al que se tiene que enfrentar el Valencia el próximo sábado. Pues os digo una cosa yo quiero muchos Hugos Duros en mi equipo.
O tal vez tenga que ver con no querer hablar del premio Sócrates. Si ese futbolista que retó a verse en la calle al portero del Rayo Vallecano. De eso poco se habla. No interesa. Ahí vale eso de que lo que pasa en el campo se queda en el campo. Porque por muchos premios que recibe tan loable es su lucha contra el racismo como no lo es su comportamiento en el terreno de juego. Pero mientras, sigamos apuntando a Hugo Duro…