Hoy venia pensando en… como la ilusión del valencianismo sigue intacta pese a Lim.
Ayer en tiempo récord se agotaron las entradas para el estreno del equipo de Rubén Baraja. Ni el rival, el CD Castellón, equipo de segunda división, ni el escenario, no es en Mestalla sino el Puchades, frenaron a la afición valencianista. Lleno en Paterna lo que demuestra una vez más que esta afición, sea verano y en pleno mes de julio, nunca le falla a su equipo.
Se vio la temporada pasada. La media de asistencia a Mestalla no bajó de los 40.000 espectadores en cada partido. Y todo pese a un verano poco ilusionantes y sin fichajes de renombres. El valencianismo no necesita Mbappes para llenar su estadio. Baraja ha sabido cómo crear esa comunión perfecta entre su equipo y su afición y esa es una gran parte del éxito de la temporada pasada.
Viendo las celebraciones de la selección española, con casi toda España echada a la calle, me entraba cierto sentimiento de nostalgia. Si, nostalgia. Recordaba cuando los valencianistas llenábamos la plaza del ayuntamiento para celebrar aquellas dos ligas o aquella UEFA. Han pasado más de 20 años pero tenemos la sensación de que ha pasado toda una eternidad. Sabemos que mientras Lim continúe va a ser casi imposible que se repitan imágenes como aquellas. Y pese a ello, la afición nunca le va a fallar al Valencia.
Son malos tiempos para el aficionado valencianista pero aún con todo nunca van a dejar solo a su equipo. Esa es la grandeza de los más de cien años de historia del Valencia. En las buenas pero sobretodo en las malas, este equipo jamás caminará solo. Por mucho que Lim… se empeñe en lo contrario…