HOY VENÍA PENSANDO EN… los discursos de las leyendas valencianistas.
Esta semana ha habido mucho debate en torno a ello. Kempes, Cañizares, Villa, Fernando… cada uno con su forma de ver y expresar lo que piensan de la difícil situación por la que atraviesa el Valencia. Y a mí personalmente, me valen todos. Desde el de Villa hasta el de Fernando pasando por el de Kempes o Cañizares. Pero la pregunta es… ¿sirven para algo?
Tal vez si o tal vez no. Quizá sirvan para que Lim pierda reputación en el mundo del fútbol. Escuchar de ciertas eminencias futbolísticas que Lim es un demonio, que lo es, puede servir para que el mundo del fútbol le repudie. O quizá sirvan para añorar tiempos pasados o ni eso… simplemente para escuchar de aquellos que fueron nuestros mitos lo que queremos escuchar, lo que necesitamos oír aunque ya lo sepamos. En cualquier caso mi pregunta es si a Lim le importa que salgan todas estas leyendas a decir lo malo que es. Y tengo la sensación que poco o nada le importa.
Eso y el Valencia. La presión popular podía servir para presidentes como Roig, Soler o incluso mi querido Jaime Orti que no pudo ni pegar ojo el día que Mestalla le hizo aquella gran pitada. Con sus cosas eran gente de aquí a los que en mayor o menor medida les importaba el Valencia pero sobre todo lo que la afición les pudiera decir. A este ni el Valencia ni el valencianismo le han importado nunca. Vino solo para hacer negocio y jamás entendió que detrás de este club hay un sentimiento de miles y miles de valencianistas que matarían por él.
Dijo Fernando que hay que buscar comprador. Y para mí esa es la verdadera solución. Encontrar alguien que ame tanto al Valencia y tenga tanto dinero que esté dispuesto a comprarle su mayoría accionarial. Eso no significa que no haya que alzar la voz. Todo suma, porque lo único que resta… es la división del valencianismo…
