Hoy venía pensando en… las ganas que tengo que llegue esta tarde.
A las siete y media. A esa hora vuelve a jugar el Valencia y lo hace en Mestalla. Confieso que todos esos temores, ese miedo que tenía al acabar el encuentro ante el Sevilla ha desaparecido casi por completo. Ese día no quería ni mirar la clasificación. Anoche, confieso también, no paraba de mirarla.
Porque si hoy gana el Valencia saldrá de los puestos de descenso. Porque si hoy ganan los de Baraja superaría de una tacada a Getafe y Cádiz e igualaría a puntos al Almería, con el golaveraje en contra. Hoy si quiero mirar los números pensando que Mestalla volverá a hacer una de las suyas para llevar en volandas al equipo a la victoria.
¿Tenéis la misma sensación que yo? Después de la victoria ante el Elche y pensando que se juega en Mestalla, estoy convencido que hoy se gana. De esa manera afronto el encuentro de esta tarde. He pasado de pensar que no podemos ganarle a nadie a todo lo contrario. Es la moral y confianza que da ganar.
La misma que espero hoy tengan los futbolistas sobre el césped de Mestalla. Hoy hay que jugar sin miedo. Sabiendo lo que nos jugamos pero sin ese terror que atenaza, ese miedo que paraliza. Ese mismo miedo que nos paralizó a todos ante el Sevilla con el gol de Badé debe desaparecer al menos durante noventa minutos. Será la mejor manera de afrontar el partido.
Ojalá esta noche podamos respirar tranquilos al menos durante unos días. Estoy de acuerdo con Baraja en que esto es una carrera de fondo y que al acabar el partido ante el Valladolid quedarán siete partidos más. Pero como en cualquier carrera de fondo hay que ganar pequeños sprints, no quedarse descolgado para llegado el momento conseguir el objetivo. Y ese es… la salvación. Sí, se puede, hoy más que nunca…