Hoy venía pensando en… el histórico triunfo de la selección española de fútbol femenino. Un Mundial. Ahí es nada!
Ayer toda España se sentó delante de la tele para ver a las de Vilda. Era la primera vez en toda la historia que la selección de fútbol femenina llegaba a la final de un Mundial. Y no defraudaron. Las Aitana Bonmatñi, Salma Paralluelo, Alba Redondo y compañía nos hicieron felices, muy felices.
Yo tuve la oportunidad de verla en la Fonteta. Casi 2.000 personas un 20 de agosto, en pleno verano, y a las doce del mediodía de un domingo. La cita merecía que hubiese ese ambientazo. Todos enganchados con el equipo español. El gol de Olga Carmona llevó el éxtasis a la gradería y la fiesta fue completa cuando se pitó el final. Mejor imposible.
Yo me acordé no solo de ellas sino de tantas otras que ya no están pero que también lucharon en su día porque el fútbol femenino tuviese la repercusión que merece. Afortunadamente hoy en día el fútbol no es ya una cosa de chicos. Y a buen seguro que esta gran victoria hace que muchas niñas se vean reflejadas en todas esas campeonas y sueñen con llegar un día a levantar un trofeo como ese. Cuantas cosas positivas para el deporte femenino español va a provocar que seamos campeonas del Mundo.
Y venía pensando en Olga Carmona. Suyo fue el gol que ha pasado a la historia. Pero el destino y la vida le tenía guardada una desagradable noticia. Su padre había fallecido en la madrugada del viernes y a ella se lo comunicaron al acabar la final. Sus palabras de “sin saberlo ya tenía mi estrella antes de que comenzara el partido” han conmovido a toda España. Porque su padre sí vio el partido. Pero lo hizo desde el Cielo. Y a buen seguro que tan orgulloso como nosotros lo estamos de ella. Porque estas chicas serán recordadas eternamente. No es para menos.