Hoy venía pensando en… la fugaz visita a Valencia de Kiat Lim.
Apenas tres días ha durado su paso por Valencia. Ni siquiera jugándose lo que se juega el equipo del que es presidente el próximo sábado ha tenido a bien quedarse y acudir al partido. Sí, ya sé lo que dice el Valencia: que tal y como está la cosa no sería bueno dejarse ver por el estadio valencianista. Pero pensémoslo al contrario, hacerlo no solo hubiera sido un gesto de valentía sino también una muestra de que algo va a cambiar,
Porque sinceramente creo que este relevo en la presidencia no va a suponer gran cosa. Si nos creemos que a Kiat le va a importar algo más el Valencia de lo que le importa a su padre vamos mal encaminados. Normalmente y en todos los órdenes de la vida un cambio genera siempre expectación y hasta a veces, cuando las cosas van mal, hasta la ilusión de que todo será distinto. No es el caso. Y como prueba es que Kiat se ha marchado con el mismo silencio con el que llegó. Ni tan siquiera han sido para hacer esta vez una entrevista de esas cocinadas en los medios del club para conocer cuáles son sus intenciones o sus objetivos al asumir la presidencia. Nada, silencio absoluto y el mismo oscurantismo al que nos tiene acostumbrados Meriton desde hace ya más de diez años.
Sea como fuere me importa poco lo que pueda decir porque ahora mismo su credibilidad es nula. Solo hay que recordar como a su llegada como consejero nos dijo lo que queríamos oír: que el objetivo era jugar constantemente en Europa y levantar trofeos. Tres años peleando por no descender demuestra a la claras que aquello fue una absoluta mentira. Y ya estamos cansados de que nos mientan a la cara así que puede que haya sido mejor el silencio y que su fugaz paso por Valencia haya sido tan fugaz como nos hubiera gustado que hubiese sido el de Meriton en el Valencia.
Porque más que de cambios, de visitas, de declaraciones o de intenciones… es el momento de los hechos. Y que queréis que os diga… no soy nada optimista en que esos hechos que esperamos… lleguen algún día…