Hoy venia pensando en… que estamos tocados pero no hundidos.
No cabe duda que la eliminación de ayer del Valencia en Copa ha sido un palo. Un palo duro más teniendo en cuenta que se jugó en Mestalla. Y aún más después de venir de ganar y golear en Cádiz. Había mucha ilusión y nos las prometíamos felices ante un rival asequible. Pero no pudo ser.
Hoy se hacen muchos análisis de lo que pasó ayer. Con la cabeza fría y al llegar anoche a casa pensaba que Baraja se había equivocado en la elección del once. Con 29 puntos en la liga, daba para arriesgar y mantener el bloque que nos está llevando lejos en la liga. La elección de Yarek en lugar de Mosquera o de Alberto Mari junto a la casi obligada de Jesús Vázquez por las molestias de Gayá pudieron no ser acertadas. Pero como dice mi buen amigo Rafa Benítez, los lunes, en este caso hoy jueves, todos somos grandes entrenadores.
Aún así Baraja tiene el derecho a equivocarse. Se lo ha ganado. Si él mismo decía eso de que este vestuario es una bendición, el propio Baraja es una bendición para el valencianismo. Ayer mismo se demostró que está sacando petróleo de lo que tiene, de lo que le han dado. A este Valencia no le da para dos competiciones, a este Valencia no le da para la Copa.
Por eso estamos tocados, si, pero no hundidos. Hay que levantarse pronto del golpe que supuso caer eliminados. Estos chavales y el propio Baraja se han ganado en liga que no hagamos demasiada sangre de lo que pasó ayer en Mestalla. Como dijo Baraja, hay que hacer autocrítica pero sobre todo nos tiene que servir de aprendizaje.
Porque este Valencia tan bisoño está en esa fase: la de aprendizaje. A todos nos hubiera gustado ver al Valencia en cuartos de Copa, todos nos ilusionamos con esa posibilidad. Y lo hicimos porque estos chavales nos han hecho creer. Y en tiempos de zozobra, de esa oscuridad en la que nos tiene sumidos Lim, eso ya es más que suficiente.
