Hoy venía pensando en… que hasta el rabo todo es toro.
El Valencia ha tenido dos grandes oportunidades de cerrar la temporada, primero en Mallorca y más tarde ayer en Mestalla. Y ni por esas. Estamos condenados a sufrir hasta el último minuto. Así de mal y de cruel se escribe la historia de esta temporada.
Es verdad que muy mal se tiene que dar esa última jornada para que se produzca el descenso. El gol de Lino en el último minuto ha sido el mejor bálsamo contra el pánico. Pero nada está hecho aún. Una carambola podría dejar al Valencia en segunda. Y esto es como la primitiva. ¿Es muy difícil acertar los seis números? Lo es. Pero no es imposible. Así que…
La pregunta de esta semana estoy convencido de que va a ser cómo debe afrontar el Valencia esa última jornada. ¿Hay que salir al Villamarín a no perder ya que un punto te mantiene? No lo sé. Yo soy de los que piensa que cuando sales a empatar, acabas perdiendo. Es muy peligroso, demasiado peligroso.
Qué agotador es ser del Valencia está temporada. Llevamos desde Navidades sufriendo y perdiendo años de vida cada vez que juega nuestro equipo. Ayer fue el gol de Lino pero antes lo fueron el de Javi Guerra o el de Alberto Marí. Ni un partido plácido hemos tenido, ni uno. Y nos queda una semana por delante hasta acabar la temporada en la que de aquí al domingo a las nueve van a ir aflorando los nervios. Es humano aunque la cabeza nos diga que es muy muy complicado y trate de tranquilizar todos esos pensamientos negativos.
No es momento aún de hacer análisis de esta nefasta temporada. Eso lo dejaremos para la semana que viene pero una cosa creo que sí tenemos clara todos… las GANAS que tenemos todos los valencianistas de que se acabe cuanto antes. Ojalá esas GANAS se transformen en felicidad el domingo por la noche en Sevilla. Esa es tierra Santa, es tierra conquistada.
