Hoy venía pensando en… el silencio de Baraja. Hasta hoy.
El técnico valencianista ha permanecido callado durante toda la pretemporada. No es lo habitual y es la primera vez que sucede al menos desde que yo me dedico a esto del periodismo deportivo y son casi 30 años. La pregunta es por qué. Y creo que hay un dicho que lo resume de la mejor forma posible: “cuando no tengas nada bueno que decir, mejor cállate”.
En silencio ha estado Baraja viendo una vez más como su director deportivo ha sido incapaz de satisfacer sus peticiones una vez más. Baraja quería, sabiendo el complicado calendario de inicio, que la plantilla estuviera completa lo antes posible y hoy faltan muchas cosas. Demasiadas. Ni tan siquiera ese extremo que viene reclamando desde los tiempos de Carlos Vicente ha llegado y ver como el Valencia acabó el trofeo Naranja con una alineación que bien podría ser la del Mestalla es para preocuparse y mucho. Tal vez por eso Baraja ha querido guardar silencio todo este mes. Hasta hoy obligado por el comienzo de Liga y encima ante todo un FC Barcelona.
El Pipo lleva ya demasiado tiempo mordiéndose la lengua. Es un hombre de club y como tal no está dispuesto a prender fuego a la Falla aunque motivos para hacerlo no le falten. Le conozco bien y sé de su carácter pero sin embargo ha preferido guardárselo para tratar de construir algo bonito con su querido Valencia. Porque aquí el problema no es él, es Meriton, Lim y todo lo que le rodea.
Así que La Liga empieza mañana y lo va a hacer con un Valencia al que le faltan demasiadas cosas como para no tener miedo a que lo haga y mas si el rival es el FC Barcelona. El significativo silencio de Baraja durante este último mes no invita al optimismo sino más bien a todo lo contrario…