Hoy venía pensando en… lo de Valencia sin Mundial 2030
No me cabe duda que el principal responsable de esta circunstancia se llama Peter Lim. El de Singapur ha tenido 10 años, desde 2014 cuando llegó, para haber acabado el estadio y no ha movido ni una sola piedra. Hasta ahora. Aún recuerdo a los encantadores de serpientes Amadeo Salvo y Aurelio Martínez como mintieron al decir que se comprometía a tener acabado el nuevo estadio para el Centenario. Sí, mintieron, porque compromiso ni uno. Aquel famoso “procurará” nos persigue desde 2014.
Tampoco me cabe duda que las malas relaciones de la RFEF con el Valencia y con el presidente de la Federación valenciana Salva Gomar han jugado en contra. No es la primera vez que la Federación ningunea al Valencia (véase casos como los de Gayá y su sanción, el reparto de los derechos de la Supercopa) Por lo que sea, yo creo que por aquella famosa demanda, el Valencia no cae bien en el seno de la Federación. Y son ellos quienes eligen las sedes de todo un país cuando entiendo debería ser el propio gobierno quien lo decidiera.
Y luego están los políticos. Los que han tenido ocho años para solucionarlo pretenden que otros lo hagan en un año. Así funciona la política. Ahora lo fácil es rasgarnos las vestiduras cuando creo que es momento para hacer frente común para tratar de agotar todas la vías posibles para que Valencia pueda ser sede del Mundial 2030. Dejemos unos y otros de echarnos los trastos a la cabeza por una vez y pensemos en el bien de la ciudad.
Habrá quien se felicite por esta decisión de la RFEF. Yo no. Ya sabíamos lo dañino que podía llegar a ser Lim con el Valencia pero ahora, con su desidia por el nuevo Mestalla, lo ha sido con toda la Comunitat. Porque no se trata solo del nuevo Mestalla ni incluso de la ciudad de Valencia… se trata también de la Comunitat Valenciana...