Hoy venía pensando en… la vuelta a Mestalla. La de verdad, la de un partido de Liga.
A buen seguro que Mestalla presentará una gran entrada. Pese a la ausencia de fichajes y estar en pleno mes de agosto. Seguramente esos valencianistas que estén de vacaciones aprovecharán para ir a la playa, comer una buena paella, unos buenos chipirones o lo que sea, hacer un poco de sobremesa y ser fieles al ritual: acudir a ver a su Valencia en la que es su segunda casa.
Es lo que tiene ser valencianista. Da igual cuantas veces te intenten quitar la ilusión por tu equipo, cuantas veces pisoteen tu escudo, cuantas veces te mientan que hay algo que nunca falla: la asistencia a Mestalla. El año pasado en una de las peores temporadas que se recuerdan en la historia del club, la media de asistencia estuvo por encima de los 40.000 espectadores. Eso es Mestalla. Y eso es el Valencia.
Porque nadie nos arrebatará nuestro sentimiento cada vez que comience una nueva temporada. Porque aunque ya haga mucho tiempo que no creamos en Peter Lim, nunca seremos capaces de dejar solo a nuestro equipo, porque Baraja y los chavales, esos que ganaron en el Pizjuán contra pronóstico, merecen nuestro apoyo incondicional. Como dice la canción: “pasa el tiempo, pasa la gente, jugadores y presidentes y nosotros aquí presentes te animamos hasta la muerte”. No hay mejor frase que defina al valencianismo que esa.
Os decía hace unas semanas que no tenía ni ganas de que empezara la temporada. No sé si ha sido la victoria ante el Sevilla o qué pero algo ha cambiado: ahora sí tengo muchas ganas de volver a pisar Mestalla mañana viernes. Será el inicio de mi 28 temporada cubriendo al Valencia como periodista deportivo. Y afortunadamente, y pese a todo, aún no he perdido la ilusión del comienzo…