Corría el minuto 90 de partido en Mestalla. Diakhaby lanzaba a portería y el balón era retenido por Odriozola, desde el suelo, con la mano. El colegiado, muy cerca de la jugada, no dudó y dejó de señalar lo que para muchos era un claro penalti. Ni siquiera tuvo que acudir al VAR y la consulta, solventada en apenas unos segundos, la hizo a través de su pinganillo. Un penalti que podría haber supuesto el empate para el Valencia.
Esa jugada recordó a otras similares que se han vivido en Mestalla. En noviembre de 2011 en un encuentro ante el Real Madrid y con 2-3 a favor de los madridistas, en el minuto 94, Gonzalo Higuain desde el suelo desviaba un remate de los valencianistas con la mano. Incomprensible que no se pitara penalti. Pronto empezó el debate. Los que no querían verlo y avalaban la decisión de Teixeira Vitienes manifestaban que Higuaín había rechazado el balón con el pecho y no con la mano.
Más recientemente, y con tecnología de VAR en 2019, se dejó de pitar una mano de Cucurella en el empate a 3 ante el Getafe. El disparo de Rodrigo fue sacado desde la línea de gol por el futbolista azulón y el colegiado ni tan siquiera consultó con el VAR.
Y más grave aún fue la mano de Sergio Ramos en otro partido en Mestalla ante el Valencia. Año 2006. El central madridista cogió literalmente el esférico con las manos según él confundido porque había escuchado un silbato. El colegiado, Mejuto González resolvió la jugada con una falta a favor de los madridistas de David Villa cuando en realidad fue Mejía el que agarró al valencianista.
Hay ciertas noches en las que las manos dentro del área en Mestalla, se convierten en verdaderos "expendiente X"