Un año después de que el gobierno local acordara iniciar los trámites para suprimirlos, los cuatro mercadillos de productos de la huerta implantados el pasado mandato en el entorno de varios mercados municipales de València siguen colocándose cada semana en Benimaclet, Malilla, Castellar y -el más polémico de todos ellos- junto al Mercado de Colón. Su supresión fue un compromiso constante de la alcaldesa, María José Catalá, durante la campaña de las pasadas elecciones municipales, porque los considera una competencia desleal para los vendedores de los mercados municipales.
La concejalía de Agricultura, en manos de Vox, todavía no ha resuelto las alegaciones planteadas por los agricultores que ofrecen sus productos en esos mercadillos extraordinarios. Preguntado sobre esta cuestión por Onda Cero, desde el grupo municipal de Vox aseguran que siguen trabajando en el tema.
Después de conocer la intención del gobierno local de suprimir los mercadillos de productos agroalimentarios, sus vendedores propusieron al Ayuntamiento el traslado del más conflictivo de ellos -el de Colón- al barrio de Campanar, donde no hay mercado municipal. Pero tampoco han obtenido respuesta.
Otra de las opciones -en este caso planteada por el gobierno local- es reubicar los puestos de estos mercadillos en numerosas paradas vacías que existen en los mercados municipales. Sin embargo, tampoco esta posibilidad ha fructificado.
La creación de estos mercados extraordinarios, donde se venden productos “kilómetro 0” de la huerta de València, fue una iniciativa de Compromís que sus socios del PSPV-PSOE en el anterior gobierno local tampoco vieron con buenos ojos. Las paradas funcionan como la “tira de contar de Mercavalencia”, donde los agricultores ofrecen sus productos directamente, sin intermediarios. De este modo, esta iniciativa pretende ayudar a los agricultores a obtener un precio justo por su trabajo.
