La normativa es pionera en España, e incluye sanciones para aquellos particulares que no prevengan la propagación del mosquito dentro de sus propiedades. La picadura de este insecto puede transmitir graves enfermedades. Además, este mosquito tiene una capacidad reproductiva mucho mayor que la de la especie común.
Por eso la nueva ordenanza obliga a todos los vecinos, por ejemplo, a evitar que se formen encharcamientos de agua en sus terrazas o balcones como explicó el vicealcalde, Sergi Campillo, el día de la aprobación de la ordenanza por la Junta Local de Gobierno. El texto explica que "todas las personas deben evitar el abandono de cualquier objeto susceptible de acumular agua y, por tanto, de crear las condiciones de proliferación de mosquitos...tanto en el espacio público como el privado".
La ordenanza establece multas que pueden llegar hasta los 3.000 euros, y otorga potestad sancionadora tanto a la policía local, como a los técnicos municipales de sanidad y a los empleados de la contrata de control de plagas.