A partir de ahora ya es posible viajar en metro y tranvía entre el centro de la ciudad de València y el barrio de Nazaret. Este martes se ha puesto en servicio la nueva L10 de Metrovalencia, que tiene un recorrido total de algo más de cinco kilómetros. El President de la Generalitat, Ximo Puig y el alcalde Joan Ribó han encabezado la comitiva de autoridades que este mediodía ha realizado el recorrido inagural de esta línea, cuya primera piedra se puso hace ya quince años.
El trazado de la nueva línea diez tiene ocho estaciones. Las tres primeras (Alacant, Russafa y Amado Granell) son subterráneas, y las otras cinco (Quatre Carreres, Ciudad de las Artes, Oceanogràfic, Las Moreras y Nazaret) están en superficie. La nueva estación de Alacant cuenta con un pasaje peatonal subterráneo que la conecta la estación de Bailén a través del túnel de la Gran Vía. Más adelante está previsto un segundo túnel peatonal hasta la estación de Xàtiva, de manera que la L10 quedará conectada con toda la red actual de Metrovalencia.
El alcalde de València, Joan Ribó, ha dicho que era una línea muy esperada porque conecta importantes centros turísticos y administrativos de la ciudad:
Por su parte el Presisdent de la Generalitat, Ximo Puig, ha hecho hincapié en el carácter de "cohesión social" que cumple la nueva línea entre los residentes del centro de la ciudad y los de la periferia, en este caso los de Nazaret:
La frecuencia de paso prevista de la nueva L10 en los días laborables es de 7,5 minutos hasta la Ciudad de la Justicia y la Ciudad de las Artes, y de 15 minutos hasta Nazaret. El tiempo completo de viaje entre las estaciones de Alacant y Nazaret es de 16 minutos. Este próximo fin de semana la línea ya se incorporará al servicio nocturno que ofrece Metrovalencia los fines de semana.
Piragüistas y fiestas de Nochevieja
La Generalitat ha tardado tres años en finalizar las obras de esta línea, bautizada en primera instancia como T2 por el anterior gobierno autonómico del PP. La primera piedra se puso en 2007 pero los trabajos quedaron paralizó en 2011, en plena crisis financiera.
El gobierno autonómico -ya en manos del Botànic- retomó las obras en 2019 y durante esos ocho años de abandono algunas de las instalaciones ya ejecutadas, como la estación de Alacant, fueron utilizadas en ocasiones para improvisadas fiestas en Nochevieja. Incluso en una ocasión pudieron verse imágenes de piragüistas recorriendo los túneles inundados de agua.
Las obras para acabar de construir la L10 han costado 50 millones de euros, de los que 20 han sido aportados por la Unión Europea.