Gabriel Paulista se ha convertido en una "patata caliente". El central valencianista está ofreciendo un gran rendimiento esta temporada y Baraja lo sabe. Pero tiene un hándicap. Si juega 45 minutos un mínimo de 20 partidos renueva automáticamente. Y su ficha es una de las más altas del actual Valencia. De momento lleva ya 16 contabilizados.
Ante esta situación hay tres opciones: o que el central acepte renovar su contrato a la baja o que el club, nunca Rubén Baraja, decidan que no complete esos veinte partidos en lo que resta de temporada o que se le busque una salida antes de que acabe este mercado invernal.
Peter Lim lo tiene claro. El máximo accionista de la entidad ya ha dado orden de que bajo ningún concepto se lleve a cabo esa renovación automática de su contrato. Ante esta situación, lo mejor para ambas partes sería conseguir una salida antes de que se cerrara el mercado.
Mientras Rubén Baraja tiene claro que ahora mismo que Gabriel se ha convertido en una de las piezas clave en su equipo. Además de su buen rendimiento tiene la jerarquía y experiencia suficiente que le falta a este bisoño Valencia. De ahí que el técnico no estaría muy por la labor de dejar al hispano-brasileño en el banco. Solo una salida del defensa podría aliviarle de tener la responsabilidad de contravenir una orden de Peter Lim.