València |
Aspira a entrar en el gobierno si la suma de los escaños de la derecha supera la de los representantes del Botànic, que ha gobernado la Generalitat en las dos últimas legislaturas. Flores rivaliza en esta campaña con los votos del popular Carlos Mazón pero sueña con ser su vicepresidente en un futuro gobierno valenciano.
Carlos Flores (València, 1964), es Catedrático de Derecho Constitucional de la Universitat de València (UV). En los comicios de 1982 concurrió a las elecciones generales en las listas de la ultraderechista Fuerza Nueva. Desde entonces estaba apartado de la política de primer línea pero ha ejercido como vocal del Consell Valencià de Transparència a propuesta del Partido Popular (PPCV), así como vocal de la Junta Electoral Valenciana. Además, ha sido habitual tertuliano de la actualidad en diversos medios, algo que ha pesado mucho en su elección. En su partido lo ven como un valor seguro frente a los dirigentes o representantes locales y autonómicos con escasa penetración social y menos dotes comunicativas.
El catedrático y candidato ha centrado sus publicaciones en el estudio de los procesos electorales y los sistemas de partidos, la constitucionalización de las nuevas instituciones y los procesos de integración europea en la Europa del Este. Y, junto a sus nuevos compañeros de partido, ha fijado su mirada en Castilla y León.
Su intención es gobernar junto al Partido Popular, de ahí que está centrando su campaña en una crítica moderada al líder popular Carlos Mazón, muy lejos de la estrategia fracasada de ataque frontal de Macarena Olona frente al presidente andaluz Moreno Bonilla. Vox ha cambiado de estrategia y el candidato valenciano se acopla al nuevo formato. De hecho, la candidata andaluza también polemizó en redes con el valenciano cuando fue designado, pero Flores optó por entrar lo mínimo en la polémica.
Aspira a ser número dos de un futuro gobierno de la Generalitat presidido por Mazón. Pese a que el candidato del PPCV aspira a gobernar en solitario, ninguna encuesta augura una mayoría suficiente para los populares. El objetivo de Flores sería ser el vicepresidente del gobierno autonómico sin competencias, como Juan García-Gallardo, aunque a Flores le gusta decir que puede asumir las que haga falta y, en cualquier caso, defiende que cuando un vicepresidente no dirige áreas concretas es porque las controla todas. Al tiempo, ha anunciado que abogaría por acabar con las consellerias de Igualdad y Vivienda.
Desde poco después de su elección, el cartel electoral de Vox y los dirigentes de la formación se han tenido que esforzar en defender que no es un obstáculo para ser candidato autonómico el hecho de que haya sido condenado por ejercer violencia psíquica contra su exmujer y faltas de coacciones, injurias y vejaciones injustas.
La Audiencia Provincial de Valencia le condenó en 2002 a un año de prisión por perseguir a su expareja, de la que se había divorciado un año antes, en 21 ocasiones y proferirle insultos y amenazas a ella y a su ex suegro, delante de los tres hijos que tuvo el matrimonio. Fue condenado también a una inhabilitación de un año para ser elegido por sufragio pasivo, la prohibición de acercarse a su exesposa durante tres años, así como una indemnización por responsabilidad civil de 6.000 euros.
Sus antecedentes penales por estos hechos se consideran extinguidos y tanto él como su partido entienden que su pasado no le inhabilita actualmente. “No tengo ninguna cuenta pendiente con la justicia. Las que en su día tuve las saldé sobradamente”, aseguró el candidato en les Corts Valencianes. "Todos, en un momento determinado de nuestras vidas, hemos dicho o hecho cosas de las que luego te arrepientes", añadió.
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