El 5 de mayo de 2002 en La Rosaleda el Valencia se proclamaba campeón de Liga después de 31 años sin hacerlo. Aquel equipo liderado por Rafa Benítez se convirtió en "un equipo casi perfecto" como manifiesta en Onda Deportiva Valencia el propio entrenador. Son muchos los que quieren establecer un paralelismo con el Valencia "bronco y copero" de Bordalás con aquel equipo que ganó La Liga. "Yo creo que no tiene nada que ver, nosotros teníamos una estructura, una confianza, un desequilibrio en algunos jugadores... se imponían muchísimo los defensas pero luego íbamos arriba. Hicimos un equipo, no se puede decir perfecto porque no hay equipos perfectos pero para los mimbres que teníamos hicimos un equipo casi perfecto porque si no en tres años tú no haces con un equipo que normalmente no gana, dos Ligas y una UEFA. Si haces eso es porque es un equipo muy sólido y muy competitivo".
La llegada de Rafa Benítez al Valencia
Es cierto que el Valencia venía de disputar dos finales de la Liga de Campeones de la mano de Héctor Cúper. El argentino había decidido no renovar su contrato y Javier Subirats apostaba por Rafa Benítez que acababa de ascender al Tenerife a la primera división. A Rafa no le gusta que le digan que fue el padre de la criatura que ganaría dos ligas y una UEFA "yo soy uno de los que pasaba por allí ayudando pero la criatura iba creciendo sola".
Fichar por el Valencia tenía su riesgo después de haber perdido aquella final de la Champions en los penaltis y haber vendido a su estrella, Gaizka Mendieta, al Lazio. "Era un buen equipo, Cúper había hecho un buen trabajo. Recuerdo que su jugador estrella que era Mendieta salía y había que traer gente para tratar de mantener esa ilusión y esas ganas y yo creo que se acertó en la mayoría de los casos. La gestión del grupo hizo que poco a poco creyera más en si mismo y se fue haciendo más fuerte".
Cuando le llegó la oportunidad de fichar por el Valencia no tuvo ninguna duda ni mucho menos en el aspecto económico porque reconoce que "cuando mi representante Quilón me dijo que existía la posibilidad del Valencia me preguntó cuánto quería ganar y yo le dije que me daba igual. Íbamos a Valencia porque era una oportunidad y un reto y el tema del dinero no era prioritario". Y añade que "yo había terminado ascendiendo al Tenerife, era un entrenador joven con mucha ilusión, mucha ambición y mucha confianza en lo que era capaz de hacer. Era un reto difícil pero yo estaba encantado de la vida de asumir aquel riesgo".
Un inicio de campeonato titubeante
Con las dudas generadas por el fichaje de un entrenador con amplio curriculum pero sin haber entrenado a equipos de élite arrancó aquella temporada 2001-2002. El equipo no perdía pero tampoco ganaba. Muchos empates que hicieron acrecentar las dudas. "El equipo era sólido y fuerte. Para ganar títulos hay que estar arriba durante años y eso te permite ganar en cualquier momento. Para ganar partidos pasa algo similar, tienes que ser capaz de encontrar el equilibrio de encontrar ocasiones y controlar tu fase defensiva. Si empatas muchas veces es porque el equipo rival se defiende bien. Y nosotros estábamos en esa fase de ser un equipo sólido al que solo le faltaba abrir la lata".
Con Rafa Benítez aquel verano llegaron Mista, Curro Torres, De los Santos, Rufete, Salva y Marchena. "Yo no estaba mucho en posición de pedir fichajes. El director deportivo que era Subirats conocía bien la plantilla para saber las posiciones y características de los futbolistas que había que buscar. Luego hicimos crecer a gente como Vicente, Mista, Curro Torres".
La remontada ante el Espanyol en Montjuïc
Con ese inicio lleno de dudas se llegaba al partido ante el Espanyol en Montjuïc. El puesto de Rafa Benítez como entrenador del Valencia estaba en entredicho. Y más cuando al descanso ganaban los pericos por 2-0. De ese partido recuerda Rafa Benítez que "desde el banquillo no teníamos la percepción que se tenía de fuera respecto a una posible destitución. Lo que teníamos que hacer era concentrarnos en ganar el partido y ajustar los cambios en el descanso para que saliera bien". "En situaciones como esas es evidente que tienes que cambiar algo en el descanso, por eso tomo notas. En ese caso hablamos de apretar más arriba o de presionar más. Pudo ser un punto de inflexión para el Valencia y por supuesto para mí en mi carrera porque si no tal vez no se hubiese ganado aquella Liga".
La rueda de prensa en la que afirma que el Valencia puede ser campeón
Salvado el match ball de Monjuïc gracias a los goles de Rufete y Adrian Illie, en el mes de enero Rafa Benítez sorprendía a todos con una rueda de prensa en la que afirmaba que "podemos ser campeones". Para un equipo que llevaba 31 años sin ganarla aquello eran palabras mayores y sonaba a locura. "Era un análisis de lo que veía. Conocía el trabajo que se estaba haciendo en el Real Madrid y veía de primera mano nuestro trabajo y nuestro crecimiento y estaba seguro que íbamos a seguir creciendo. A partir de ahí era transmitir esa confianza a tus propios jugadores y los resultados lo van reforzando. Estábamos a siete puntos y quedamos ocho por encima. Demuestra que éramos un equipo muy sólido". Eso sí, antes de hacerla reconoce que "esa conversación la tuve en privado con algunos jugadores. Alguno de vosotros me tildó de loco. Yo confiaba mucho en el trabajo de mi gente y veía señales muy positivas. Tenía mucha confianza en ese momento".
Otra remontada ante el RCD Espanyol
Aquella Liga de 2001-2002 tuvo otro partido que será recordado siempre por los valencianistas. En el mes de abril, en la jornada 36 y ya con una lucha encarnizada con el Real Madrid por ser campeón, el Valencia recibía en su estadio al Espanyol. Los madridistas caían en Anoeta y si el Valencia ganaba en su estadio tendría la posibilidad de ser campeón en la penúltima jornada en Málaga. Pero el partido se puso muy cuesta arriba. Recuerda Benítez que "nos quedamos con diez por la expulsión de Carboni. Es un poco lo que te digo, es la confianza que tienes en tu equipo porque había muchos indicadores de que se estaban haciendo muy bien las cosas. Recuerdo los goles de Baraja y que fuimos capaces de remontar con diez. El equipo iba madurando y cada vez era más consciente de su fuerza".
Para Rafa aquel equipo era "muy equilibrado que es lo que me define como entrenador. Conseguimos equipos sólidos en la fase defensiva y que son capaces de jugar al ataque o al contraataque. Muchos hablan de equipos defensivos porque son equilibrados. Recuerdo que si le ganábamos al Albacete en la última jornada y metíamos un gol o dos habríamos sido el equipo máximo goleador y menos goleado. Me enfadé mucho porque perdimos. Era un equipo que era capaz de adaptarse muy bien a atacar y a defender cuando había que hacerlo".
No solo el Real Madrid de los galácticos era el equipo a vencer en aquella Liga. "Igual la gente no se acuerda pero en aquel entonces estaba el Villarreal muy fuerte, el Deportivo de la Coruña, el Atlético de Madrid... Había equipos de un nivel parecido y luego estaba el Real Madrid y el Barcelona con súper jugadores. Nosotros fuimos capaces de ganar dos ligas en tres años y eso no es casualidad. Entre la afición empujando y el equipo haciendo las cosas bien tuvimos oportunidad de hacer grandes cosas".
El 5 de mayo de 2002 el Valencia se proclama campeón en Málaga
Y llegó el 5 de mayo de 2002. El Valencia jugaba ante el Málaga en la Rosaleda a las 20:00 horas ante 3.000 valencianistas que se habían desplazado ante la oportunidad de conseguir la quinta Liga de la historia del Valencia CF. De aquel partido de domingo recuerda Rafa que "en cuanto a la preparación la clave fue no cambiar nada porque si algo están haciendo bien no hay que cambiar nada. Los entrenadores como los futbolistas tenemos nuestras rutinas para poder controlar nuestras emociones. Recuerdo que cuando el árbitro pitó el final le di un golpecito en la pierna a Ayestarán como diciendo que ya lo habíamos conseguido".
Quien conoce bien a Rafa Benítez sabe que no es de exteriorizar demasiado sus emociones ni en la victoria ni en la derrota. "Soy alguien que se siente muy orgulloso del trabajo bien hecho. Yo tengo esa satisfacción interior de que se ha trabajado mucho durante mucho tiempo para que se consiga ese resultado. Hay otros que se ponen a saltar, unos de forma natural y otros para que lo vean sus aficionados en las redes sociales. Yo me siento muy orgulloso del resultado del trabajo pero no estoy saltando como una rana todo el día. No soy de ser exagerado en las celebraciones".
Eran 31 años sin ganar un título de Liga y Valencia salió a la calle a celebrarlo. Los valencianistas estallaron de alegría. "Por suerte he vivido muchas celebraciones y tiene algo en común. Hay mucha gente que está deseosa de conseguir algo y no se controla y gente que lo vive desde dentro. Yo siempre recuerdo la gente que estaba llorando de emoción y que veía cuando íbamos en el autobús celebrando. Te queda una sensación muy agradable. Eran muchos años sin ganar y esa alegría es incluso mayor porque estás celebrando el título más importante al menos a nivel nacional".