El Ayuntamiento de València consiguió hacer aflorar el año pasado 6,2 millones de euros gracias a su plan de detección de fraudes en el pago de impuestos municipales. Desde 2016 el dinero recuperado supera los 42 millones, de acuerdo con las cifras que ha ofrecido el concejal de Hacienda, Borja Sanjuán.
EL IAE (Impuesto de Actividades Económicas) y el ICIO (Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras) son –con diferencia- los que mayor cantidad de irregularidades acumularon en 2020 con 2,1 y 1,9 millones respectivamente. Sanjuán ha explicado que, en el caso del IAE, el Ayuntamiento “no inspecciona a pequeñas empresas “sino únicamente a negocios que facturan más de un millón de euros anuales. Asegura además que gracias a estas inspecciones el número de actividades que pagan este impuesto se ha incrementado un 20 por ciento y la recaudación ha crecido en 4 millones.
El impuesto de plusvalías también se situaba hasta 2019 como uno de los que más fraude fiscal generaba. Pero los cambios legislativos motivados por las sentencias judiciales sobre su cálculo han hecho que los niveles de irregularidades detectadas en este tributo cayeran el año pasado a casi la mitad, quedándose en 1,2 millones. A gran distancia de estos tres tributos se sitúan las tasas y las sanciones tributarias, que juntas sumaron el año pasado algo más de un millón de fraude fiscal detectado.
De cara a 2022 el concejal de Hacienda ha anunciado que también se controlará el pago del impuesto de circulación. En este caso la inspección municipal se centrará en empresas de alquiler de vehículos que operan en València, pero tienen matriculadas sus flotas en municipios donde se paga menos por este tributo:
