En 2018 se actuó en el área del Moncayo para documentar la planta completa del oratorio, restaurar, consolidar y vallar las estructuras, poniendo en valorel conjunto restaurando. En noviembre de 2019 se iniciaron los trabajos en el BIC de la Torre del Descargador en colaboración con la Conselleria. La primera fase consistió en la excavación completadel interior de la torre y su acceso, a fin de documentar la secuencia y acometer la restauración de su esquina más deteriorada. Detalla Sonia Gutiérrez que “el descubrimiento de nuevas estructuras durante el vallado hizo necesaria una segunda actuación en el entorno y los niveles infrapuestos, que debió aplazarse por la situación de emergencia sanitaria y las condiciones ambientales hasta el otoño de 2020”.
Estos nuevos trabajos, además de documentar la planta completa de la estructura medieval y confirmar su cronología (finales del siglo X-mediados del XI), han permitido documentar en extensión una fase romana infrapuesta, semejante a la ya documentada bajo la mezquita de El Moncayo. Esta fase corresponde a un edificio residencial romano, posiblemente parte de una villa rústica, cuyos cimientos configuran una planta compleja y axial, formada por una serie de estancias cuadrangulares alineadas a lo largo de un amplio corredor frente al mar, rematado por dos grandes estancias absidadas. La catedrática de la UA explica cómo “estas amplias habitaciones de cabecera curva son características de las villas del siglo IV, destinándose a acoger funciones representativas y sociales como el triclinium o sala para los banquetes, y el tablinum, o despacho del propietario, o en ocasiones la balnea, esto es, edificios de baños, aunque en este caso no existen indicios de dicho uso”.
Con todo, Gutiérrez afirma: “en el estado actual de nuestros conocimientos y en espera de continuar los trabajos en ambos sectores del yacimiento, podemos afirmar que en la playa de El Moncayo debió existir una villa rústica romana, posiblemente de estructura dispersa, de la que se han documentado dos fases de uso productivo (alto y bajoimperial) en la zona de El Moncayo, y un probable espacio residencial de tipología bajoimperial en el Descargador. Sobre sus ruinas, tras un periodo de abandono y expolio sistemático, se instaló un asentamiento de época califal y taifa del que conocemos hasta el momento una pequeña mezquita y una sólida estructura fortificada (torre-almacén), que se construyó usando como cimentación los muros de una de las grandes estancias romanas. Aún no sabemos con certeza la extensión de ambos asentamientos, su naturaleza y funcionalidad económica, así como las actividades que en ellos se desarrollaron, como producción y transformación agrícola, pesquera, salazonera o salinera; pero las preguntas que plantea este importante hallazgo son apasionantes y la continuación de los trabajos en este entorno maravilloso abre interesantísimas expectativas de conocimiento y valorización del patrimonio guardamarenco”.
Las estructuras han sido consolidadasy preservadas, disponiendo un vallado cinecegéticoligero, geotextiles, arlitas y gravas de diferentes texturas y colores, así como paneles explicativos, para permitir la visita y comprensión del área arqueológica de El Moncayo-Descargador, que se integra de esta forma en un paraje de gran valor medioambiental y en el proyecto Memoria de Arena. Historia de Guardamar, impulsado por el municipio, aunando investigación y transferencia.