Después de una campaña ruinosa (2020-2021), en la que ASAJA Alicante estimó unas pérdidas económicas en el limón de la Vega Baja de 110 millones de euros (85 millones de euros para el limón Fino y 25 millones para la variedad Verna), este año los agricultores esperan recuperarse del envite y vaticinan una buena campaña 2021-2022, debido al contexto favorable actual en el que están confluyendo varios factores.
Y es que, junto al desabastecimiento europeo de limón, donde está llegando a cuentagotas el cítrico del Hemisferio Sur como consecuencia de las plagas detectadas, la presencia de sustancias nocivas y prohibidas en nuestro continente y el fuerte incremento de costes del trasporte marítimo por la falta de contenedores, en el sureste español y, concretamente en el sur de nuestra provincia (zona que ostenta el 40% de la producción nacional), la campaña se presenta con un importante descenso de cosecha de la variedad Verna, que alcanza el 50%, pasando así de unas 130.000 toneladas que se produjeron el pasado año, a 60.000 o 70.000 que se esperan recolectar este ejercicio. Una merma importante de kilos provocada por tres factores: un año anterior de gran cosecha, las consecuencias que aún siguen aflorando de la DANA, de la que muchos árboles aún no se han recuperado, y las abundantes lluvias del mes de abril, que afectaron a la floración de los árboles.
“Todos los indicadores nos llevan a pensar que la presente campaña del limón 2021-2022 de la Vega del Segura se va a encontrar en las próximas semanas en una buena posición para negociar y generar múltiples operaciones con precios favorables para el productor”, afirma el presidente de Jóvenes Agricultores ASAJA Alicante, José Vicente Andreu. A pesar de ello, el máximo representante de la organización asevera que, no obstante, nos enfrentamos a una campaña también con algunas sombras. “Es cierto que pensamos que este año los precios en origen van a ser netamente superiores a los del ejercicio anterior. Pero no hay que pasar por alto que los árboles portan menos kilos, por lo que la rentabilidad podría bajar”.
Pero, definitivamente, si hay un aspecto que preocupa a los agricultores es la inestabilidad hídrica que está generando la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que sigue en su tónica de recortar cada trasvase mensual del Tajo-Segura mientras el acueducto se mantenga en Nivel 3, umbral en el que ella tiene potestad y la última palabra, incluso en contra de lo que aconseje su propio Comité de Expertos.
“Desgraciadamente, el plan de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, es recortar toda el agua que pueda llegar al Levante. Ya lo ha hecho este verano por dos vías; aprobando en el último Consejo de ministros de julio un Real Decreto que marca disminuir la cantidad a trasvasar de 38 a 27 hectómetros cúbicos cuando los embalses de Entrepeñas y Buendía estén en nivel 2 y los envíos son automáticos, lo que supondrá un recorte anual de hasta 60 hectómetros cúbicos al año; y recortando el trasvase de agosto, de tal forma que los cultivos del Levante recibieron, en pleno verano, solo 6,5 hectómetros, la mitad del máximo que nos correspondería en el actual Nivel 3 y de lo que aconsejaron sus propios técnicos de la Comisión Central de Explotación. Un recorte para el regadío que ya es habitual en la política del Gobierno socialista siempre que los desembalses dependen de la decisión de la ministra o del secretario de Estado”, lamenta el presidente de ASAJA Alicante.
Por ello, y con la finalidad de que este Gobierno no deje la campaña de frutas y hortalizas de invierno del sur de la provincia a merced de la climatología, ASAJA Alicante solicita al Ejecutivo que a partir del mes de septiembre se ciña a lo que marca la Ley del Memorándum del Trasvase y a lo que, bajo un criterio técnico y cualificado, los técnicos de la Comisión Central de Explotación aconsejan trasvasar cada mes en Nivel 3, de tal forma que cesen los recortes continuos y sean una constante los trasvases estipulados por la ley, de 20 hectómetros cúbicos al Levante, con la finalidad de dotar de estabilidad y seguridad las plantaciones que tienen que llevar a cabo los empresarios agrícolas en nuestra provincia.