¿Qué se puede hacer para revertir esta situación?
Royo tiene claro que seguir imponiendo multas a los padres no es la solución de un problema que está trabado entre los adolescentes y la sociedad: “Los padres y madres de estos chicos y chicas que son multados deberían entender que este tipo de castigo no educa, en su caso deberían solicitar un cambio de sanción como pedir que sus hijos hagan trabajos para la comunidad, trabajos útiles que les acerquen a la sociedad real que está luchando contra una pandemia y acatando las normas. Por ejemplo: tomar la temperatura en la puerta de un colegio, atender a animales en una perrera, ayudar a personas de la tercera edad, prestar servicio en centros con personas discapacitadas, trabajar en comedores sociales... actividades que, sin duda, son más valiosas para su aprendizaje y para la incorporación de nuevos buenos valores. Ojalá un movimiento de padres que se negaran a pagar multas y pidieran al juez un cambio de punición a favor de actividades para la reparación de la comunidad”.
La pandemia y el confinamiento han disparado la tensión y los malos comportamientos en los adolescentes
En un estudio presentado recientemente por Amalgama7 bajo el título Familias, Adolescentes y COVID-19: ¿convivencia o supervivencia?, el porcentaje de jóvenes que contestaba mal a los progenitores pasó del 30,1% antes del confinamiento al 58,3% durante el encierro, situándose hoy en día en el 53,3%. Los que insultaban a los padres, que eran el 3,8%, aumentaron al 11,9% y en la actualidad son el 9,7%. “Eso significa que más de 135.000 adolescentes que, en situación de preconfinamiento, no arremetían con improperios a sus madres y padres, ahora sí lo hacen. Complementariamente, la proporción de adolescentes que ahora han evolucionado hacia las malas respuestas con respecto a la etapa del preconfinamiento son casi 550.000”, explica Royo, experto en atención terapéutica a adolescentes. “Estos jóvenes que han invertido su educación durante el confinamiento tienen muchas probabilidades de convertirse en adolescentes desafiantes que no aceptarán un no a poder realizar sus deseos. Es muy importante cuidar la salud mental de los chicos y chicas con edades a partir de los 14 años, estamos viviendo una época muy dura donde sus libertades están siendo muy recortadas, prestarles atención hoy, puede ahorrarnos futuras multas y dolores de cabeza”.