Se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC) y figura en el Catálogo de Elementos Protegibles del Plan General vigente, con segundo grado de protección y número 112 de catalogación.
Tras una actuación arqueológica llevada a cabo con motivo de la eliminación del depósito de agua que soportaba, se ha podido documentar la estructura de la torre, con un machón central hexagonal en su coronación, y su entronque con las murallas en dos lienzos perpendiculares, uno de ellos paralelo al río y el otro en dirección a la Puerta de Murcia. Asimismo se ha podido constatar que su cimentación se encuentra a 2,5 metros por debajo de la cota actual del suelo. Una característica importante de este elemento de la cerca urbana radica en su singularidad y volumen conservado, con más de 6 metros de altura.
La adquisición de la Torre se formalizó ayer en la sede del ayuntamiento y se pone con ello fin a una operación que llevaba muchos años enquistada por razones de diversa índole.
Almagro ha querido “agradecer a los propietarios su buena disposición para alcanzar este acuerdo, así como a los miembros del equipo técnico de Patrimonio Histórico y del resto de áreas que han motivado el hito que ayer se alcanzó”.
Finalmente ha añadido que “a partir de ahora comienza una nueva fase para alcanzar el final que se pretende que no es otro que continuar con la excavación arqueológica, la restauración de la torre, la adecuación de su entorno y la comunicación de la antigua mota del río con la Calle Ros”.