Las pulseras cuentan con un test que detecta 22 tipos de drogas basadas en aminas. Esto incluye ketamina y benzodiacepinas, que son comunes en la adulteración de bebidas. El segundo test está especialmente desarrollado para identificar GHB, una de las drogas más utilizadas en casos de sumisión química.
El uso de estas pulseras es rápido e intuitivo. Se deposita una gota de la bebida sobre el test y en unos cinco segundos se obtiene el resultado. Se puede escanear el código QR que hay para obtener una interpretación rápida de los resultados, ya sea negativo o positivo. También se puede llamar al 112 y geolocalizar la ubicación en caso de emergencia.
Estas pulseras se suman a los tests rápidos que habrá en los puntos violeta y que realizan las responsables de estos espacios que dependen de la Unidad de Igualdad de la Concejalía de Bienestar Social.
También se repartirán tapavasos reciclables para evitar lo que un desconocido les eche una sustancia estupefaciente en la bebida, una práctica conocida como spiking.