El traslado del CRR de Badajoz a Olivenza se producirá mañana miércoles, según ha comunicado el SEPAD a usuarios y familiares.
Las familias han intentado desde que tuvieron conocimiento de este cambio, en abril, que el Sepad reconsiderara su decisión y mantuviera a estas personas en Badajoz. Los usuarios están integradas en la zona y sus familiares temen por la repercusión que un cambio de estas características pueda tener en su salud mental de los 38 pacientes con trastorno mental grave que son atendidas, ha explicado a Ondacero Jacinto Cerezo, portavoz de las familias afectadas.
La Junta de Extremadura adjudicó el servicio de residencia para personas con enfermedades mentales graves a Caser Olivenza esta primavera. Hasta entonces estaba gestionado por las Hermanas Hospitalarias en la calle Menacho, que es donde quieren mantenerse.
Las Hermanas Hospitalarias pusieron en marcha este centro concertado en 2007. El primer contrato duró hasta 2017 y luego se prorrogó. En 2019 salió a concurso, y al año siguiente, de nuevo. En ambos casos las religiosas no se presentaron, ni ninguna otra empresa, porque consideraban que el dinero era insuficiente.
La Administración regional volvió a sacar a concurso el servicio y se presentaron las Hermanas Hospitalarias, pero ganó Caser Olivenza. El personal que los atiende será subrogado y pasará a la nueva residencia.
Los familiares han tratado de paralizarlo acudiendo a la justicia. Habían solicitado medidas cautelares, pero no se resolverán hasta septiembre y no evitan el traslado.
Las Hermanas Hospitalarias ya presentaron una solicitud de medidas cautelares para evitar el traslado, que califican de «forzoso», de los pacientes del centro residencial de atención a personas con enfermedad mental de la ciudad de Badajoz.
