El Servicio Extremeño de Salud (SES) ha sido condenado a pagar 734.179,12 euros a un niño y otros 153.000 euros a su madre por una negligencia en el parto, cuyo resultado ha sido una parálisis cerebral en el menor que le ha provocado una discapacidad.
El menor nació el 22 de mayo de 2017 y, tal y como recoge la sentencia, el informe da como hechos probados de que hubo signos evidentes de "sufrimiento fetal" y no se hizo el manejo médico conforme a la evidencia científica actual.
Se recoge también que al ingreso presentaba un líquido amniótico meconial junto a un registro cardiotocográfico que ya era patológico desde las 14,18 horas, y ya a esta hora hay hallazgos sospechosos de pérdida del "bienestar fetal".
Este registro patológico de la frecuencia cardiaca fetal fue agravándose con el tiempo presentando varias "desaceleraciones" hasta llegar a una "bradicardia severa y sostenida" (entre las 17,08 y las 17,19 horas) momento en que se avisa a Ginecología y se decide parto instrumental con ventosa.
En esta línea, como aparece en la sentencia recogida por Europa Press, en estas condiciones lo que estaba indicado es hacer un pH fetal, que es una prueba que sirve para saber si realmente es necesario finalizar la gestación con cesárea urgente o si se puede esperar.
A esto se añade que, en el caso de no haber material para realizar pH, y ante unos hallazgos de "sufrimiento fetal" debe ser finalizada urgentemente la gestación mediante cesárea, aunque, en lugar de cesárea, en este caso se intenta un parto instrumental mediante ventosa, que además, según el informe, se realiza con "bastante contundencia y reiteración" por lo que el bebé presentó un cefalohematoma parietoocipital.
Así, no es hasta hora después de intentar el parto instrumental con ventosa cuando finalmente se hace extracción fetal mediante cesárea urgente, a las 19,06 horas.