El Alcalde, Antonio Rodríguez Osuna, propondrá en el Pleno de la Corporación Municipal que tendrá lugar el próximo lunes, 18 de marzo, al guitarrista Miguel Vargas como Hijo Adoptivo de Mérida, “por sus méritos y labor desarrollada en relación con la potenciación de la región y de la ciudad tanto a nivel nacional e internacional”.
Rodríguez Osuna explica que “a Miguel Vargas se le denomina el “patriarca” del toque extremeño, aportando al flamenco una identidad guitarrera de la que carecía; creador de un estilo en el toque por tangos y jaleos extremeños y describe que las raíces de los cantes se encuentran en fiestas, en los pedimentos, bodas y rodeos”.
Esta propuesta se llevará a Pleno y de acuerdo al Reglamento Municipal para la concesión de Honores y Distinciones se iniciará el expediente para la concesión del Título de Hijo Adoptivo de Mérida. Para este expediente se nombrará Instructor al Concejal- Delegado de Cultura, Antonio Vélez, y Secretario, al Jefe de Protocolo y Relaciones Institucionales del Ayuntamiento, Juan Antonio Rollán.
Miguel Vargas Molina nació el 25 de enero de 1956 en Beja (Portugal). Sus padres, Enriqueta Molina y Juan Manuel Vargas, se dedicaban al ganado, sobre todo al trato de mulas. Su familia vive dentro de una numerosa comunidad gitana venidos principalmente de Extremadura. Asiste a la escuela, incluso habla y escribe portugués. Esta gran familia aprovecha diferentes momentos para celebrar sus fiestas flamencas. Su flamenco se basa en los jaleos y tangos.
De su matrimonio con María Idalina nacen Juan, Domingo, Ana María y Alba. En 1987 es animado por su entorno cercano a participar en el I Concurso de Guitarra Flamenca dedicado a la saga de Manolo y Pepe de Badajoz. Es reconocido con el Premio al Mejor Guitarrista Extremeño. Tras el concurso acude a un programa de Televisión Española, Un verano tal cual, presentado por Isabel Gemio. También surge la colaboración en Flamenfado y luego en El roce de las almas, junto al guitarrista portugués Sidonei Pereira.
Conforma un trío musical con sus hijos pero uno de ellos, Domingo, fallece tiempo después. Los Vargas dejan de tocar hasta que reaparecen en 2010 en el VII Otoño Flamenco de Fuente de Cantos, siendo esta saga familiar la pionera en la creación de espectáculos flamencos en Extremadura.
En la década de los noventa, tras una actuación en el Teatro Alcázar de Madrid y gracias a dos críticas del periodista Ángel Álvarez Caballero, que utiliza como carta de presentación, entra en Casa Patas. Es requerido como guitarrista por diversos artistas e incluso realiza un trabajo discográfico lleno de raíces, flamencura y sabor.
A lo largo de su carrera ha acompañado a Porrina de Badajoz, Juan Cantero, Indio Gitano, Ramón el Portugués, El Madalena, Guadiana, El Perrete, Miguel de Tena, El Potito, Juanfra Carrasco, José de la Tomasa, Fuensanta la Moneta o la compañía de Marcos Vargas y Chloé Brulé. E incluso al propio Camarón de la Isla en el Teatro Romano de Mérida.
Junto a su hijo y guitarrista Juan Vargas, heredero de este original toque y a la vez guitarrista con un sabor puramente flamenco, crean varios espectáculos, entre ellos De Tangos y Jaleos, que estrenan en la Bienal de Sevilla de 2010 y en el Festival de Nimes de 2011. También junto al fotógrafo Diego Gallardo y los artistas Alejandro Vega, La Kaita, El Peregrino y los Vargas llevan por bandera el espectáculo Extremadura Pura. Miguel actúa en Bélgica, Portugal, Francia y por festivales de toda España: Flamenco On Fire, Café Berlín, Casa Bermejas, Círculo Flamenco de Madrid e incluso siendo un asiduo de Casa Patas.
Hasta el día de hoy, Miguel sigue exponiendo su toque por todos los escenarios. En 2016 se le concede el Premio Tío Luis de la Juliana, del Colegio Mayor Universitario Isabel de España de Madrid, como reconocimiento a su carrera y como guitarrista que fija la esencia e identidad de los toques extremeños. Miguel Vargas ha llevado a cabo un trabajo de acorde a sus vivencias y a su legado, un trabajo que el propio Vargas denomina Desde mis entrañas.