La Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Mérida aún no tiene una fecha prevista para su puesta en marcha, puesto que aún debe elaborarse una ordenanza municipal reguladora, finalizar los informes sobre la calidad del aire e incluso recibir el visto bueno de la Unión Europea.
El alcalde de la ciudad, Antonio Rodríguez Osuna, no ha precisado ninguna fecha de inicio de la zona de tráfico restringido en la ciudad que deben contar todas las poblaciones con más de 50.000 habitantes.
No obstante, sí se ha referido a las 61 cámaras que vigilarán los flujos del tráfico en la ciudad, que ya se están instalando y están en pruebas pero "no están funcionando", y que, según ha señalado, ayudarán a "salvar vidas" en tanto que darán información a los servicios de emergencia cuando así lo necesiten.
Rodríguez Osuna está convencido de que estas 61 cámaras, junto a las 34 instaladas en los entornos monumentales para facilitar su protección, que en este caso tienen que estar en marcha en el primer semestre del año, van "en beneficio de la ciudad de Mérida, sin duda alguna, en todos los aspectos", así como ha reiterado que el gobierno local tratará que la ZBE "afecte lo menos posible a los vecinos".
En este sentido, tal y como ha señalado ya en anteriores ocasiones, podría darse la circunstancia de que no suponga un incremento de las calles que, en algunos casos desde hace décadas, ya presentan restricciones en el acceso de los vehículos.
Asimismo, ha subrayado que las ZBE no tienen la misma aplicación en todas las ciudades de España, dado que hay que cada municipio la regula con su propia ordenanza, que incluye su reglamento con provisiones máximas y mínimas en función del nivel de contaminación.
En este punto, ha recordado que Mérida ya cuenta con un importante número de calles peatonales y con tráfico restringido, lo cual da "una ventaja sobre el resto de ciudades".
Por tanto, "cuando se elabore la ordenanza" y se cuente con los informes del los niveles de contaminación, lo cual lleva "un proceso largo", se determinará cuáles son las restricciones, que "a lo mejor no son más de las que existen ya ahora".
Por este motivo, ha pedido paciencia para que el procedimiento se desarrolle en función de sus tiempos, así como ha rechazado que las cámaras se vayan a utilizar "para sancionar" o para que "la gente se cambie de coche y todas esas tonterías que dicen algunos portavoces", ha apuntado.
El alcalde ha indicado que las cámaras permitirán ver los flujos de tráfico en caso de emergencia, de modo que cuando una ambulancia salga del centro de salud para atender una urgencia, o los bomberos, podrán tener un "dato objetivo" sobre la situación del tráfico para determinar el mejor trayecto, lo que va a contribuir a "salvar vidas" y a que Mérida sea "una ciudad mucho más segura, más protegida y más eficiente".
