En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, hoy se ha presentado en Extremadura el informe AROPE (At Risk of Poverty and/or Exclusion), un estudio que analiza los niveles de pobreza y exclusión social en la comunidad autónoma. Este informe tiene como objetivo evaluar el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social en las regiones de la Unión Europea.
Datos destacados del informe AROPE en Extremadura:
• 32,8% de la población extremeña en riesgo de pobreza: Según el informe, un 32,8% de los habitantes de Extremadura, es decir, 345.000 personas, se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social en 2023. Aunque esto representa una disminución de 4 puntos porcentuales con respecto al año anterior, un tercio de la población sigue en una situación de vulnerabilidad económica.
• Factores clave que impactan la pobreza: Entre los factores que más contribuyen al riesgo de pobreza en la región se encuentra el aumento del precio de la vivienda, que se ha convertido en uno de los principales generadores de pobreza. Muchas familias extremeñas enfrentan dificultades para acceder a una vivienda adecuada o asumir el coste de los alquileres. A esto se suma el desempleo y la precariedad laboral, que afectan gravemente a los hogares.
• Desigualdad territorial entre comunidades autónomas: El informe también hace hincapié en la desigualdad territorial existente entre las diferentes comunidades autónomas. Extremadura sigue siendo una de las regiones más afectadas por la pobreza, con indicadores que están muy por encima de la media nacional. Para reducir esta brecha entre comunidades, es fundamental fomentar la cohesión territorial, mediante políticas que promuevan un desarrollo equitativo y justo en todas las regiones del país. El desequilibrio en el acceso a servicios y oportunidades económicas entre las comunidades autónomas agrava la situación de pobreza en Extremadura.
• Crecimiento económico necesario pero insuficiente: El informe subraya que, aunque el crecimiento económico y el incremento del PIB son esenciales para mejorar las condiciones de vida en la región, estos por sí solos no son suficientes para reducir la pobreza y la exclusión social de manera efectiva. Es necesario que el crecimiento económico esté acompañado de políticas redistributivas.
• Tasa de privación material y social severa del 8%: Aunque la tasa de privación material y social severa ha disminuido con respecto al año anterior, situándose en un 8%, algunos indicadores de la PMSS han empeorado. Por ejemplo, el 25,1% de la población extremeña no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada, y un 5,2% no puede permitirse comer carne, pollo o pescado al menos cada dos días.
• Dificultades para llegar a fin de mes: Más de la mitad de la población de Extremadura, el 55,3%, tiene dificultades para llegar a fin de mes, lo que refleja la presión financiera a la que están sometidos muchos hogares, en un contexto de aumento del coste de vida.
• Situación crítica de las pensiones: El 42,5% de las pensiones en Extremadura no superan el umbral de pobreza de 785 € mensuales, lo que coloca a muchos pensionistas en una situación económica precaria. Aún más preocupante es que el 13% de las pensiones son inferiores al umbral de pobreza severa, establecido en 523 € mensuales. En las pensiones de viudedad, la situación es aún más grave, con un 22,5% por debajo de la pobreza severa. La mayoría de estas pensiones de viudedad corresponden a mujeres, lo que refleja una importante desigualdad de género en el sistema de pensiones.