La organización Apag Extremadura Asaja ha solicitado a las administraciones públicas que trabajen en la declaración de zona catastrófica de las áreas afectadas por las últimas lluvias en la región, para arbitrar futuras ayudas a zonas agrícolas principalmente de olivar y cereales de invierno.
Asimismo, en las zonas de regadío, según Apag, se ve retrasado el inicio de las labores en cultivos como el tomate o los frutales, lo que genera "una gran incertidumbre" entre los productores.
En rueda de prensa, el presidente de Apag Extremadura Asaja, Juan Metidieri, ha ofrecido un balance de los daños sufridos en las últimas semanas ocasionados por el "tren de borrascas" con "exceso de lluvias".
Metidieri ha nombrado distintos municipios de las comarcas de la Vera, Vegas Altas, Serena o Campiña Sur, entre otras, con "daños excesivos" en infraestructuras como casetas inundadas, caminos, carreteras y puentes, y en explotaciones, donde se han arrancado olivos "de cuajo" así como vallas y cerramientos.
"En la propia campiña, que venía de años que no se ha llegado ni ha recolectar el cereal, en este año está habiendo verdaderos problemas", ha relatado sobre las consecuencias del exceso de agua.
A su juicio, urge la declaración de zona catastrófica para "toda Extremadura a las zonas afectadas" de cara a pedir ayudas, aunque no hay de momento una cuantificación general de los daños.
"Hay explotaciones con muchos daños, y muy cerquita, a diez kilómetros, no hay daño alguno, pero en otras son verdaderos dramas", ha señalado.
Así, ha puesto el ejemplo de una explotación de regadío en Don Benito (Badajoz) que alcanza unos gastos ocasionados de más de 250.000 euros debido a las borrascas.
Según ha relatado, hay parcelas en Campiña Sur que posiblemente que no vuelvan a cosechar los cereales de invierno al "perdurar" el agua en las explotaciones y pudrir la raíz del cultivo.
Así, ha reclamado tanto a la Junta de Extremadura y a la Delegación del Gobierno que se coordinen con los ayuntamientos afectados para la declaración de zonas catastróficas en las áreas más perjudicadas por las precipitaciones.
A su juicio, los daños se agravan por la falta de limpieza de los cauces de los ríos y arroyos, que arrastran "mucha maleza", debido a las políticas centradas en un "ecologismo" que no permite limpiarlos ni un mantenimiento "adecuado" y que "sanciona" a los agricultores que lo llevan a cabo.
"Si no se limpia y se toman las medidas que se tienen que tomar, al final son los desastres naturales los que se encargan de limpiar y poner esos cauces en orden, tanto las lluvias como los fuegos de verano, que asolan nuestros campos y nos echamos la mano a la cabeza", ha relatado.
