Badajoz va a recuperar uno de sus símbolos, la campana de Espantaperros, la que le dio el nombre popular a la torre de la Alcazaba. El Ayuntamiento ya ha solicitado permiso a la comisión de Patrimonio para instalar una réplica de la original en el campanario. El proyecto podría estar listo en la primavera del próximo año 2021.
El Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Turismo, comenzó a trabajar en esto hace ya un año de la mano de la asociación Amigos de Badajoz y la asociación Alcazaba. Tras reunir la documentación sobre la historia de la pieza, su estado de conservación, el coste de hacer la réplica y sus posibles vías de financiación, el primer paso ha sido solicitar la autorización de Patrimonio para poder instalarla en la espadaña de la torre albarrana.
El pasado mes de junio, el Ayuntamiento presentó a la comisión regional una memoria técnica elaborada por el gabinete municipal de proyectos donde se detalla cómo quedaría anclada la nueva campana y que certifica, explica el concejal de Turismo Jaime Mejías, «que su colocación es cien por cien segura».
Paralelamente, el Ayuntamiento ha pedido otros dos permisos. Uno al Ministerio de Fomento para que autorice al Museo Arqueológico Provincial, que es quien custodia la campana original, a que la pieza pueda ser trasladada al taller donde vaya a realizarse la réplica. El último permiso se lo han pedido directamente al Museo Arqueológico para que una vez que la réplica esté realizada y colocada en la torre de Espantaperros, la campana original se traslade al Museo Luis de Morales para que quede expuesta al público.
Para realizar la pieza y costear su instalación, el Ayuntamiento ha ideado una fórmula de mecenazgo, donde particulares, asociaciones o empresas puedan colaborar en la financiación de la iniciativa. La idea es que después se coloque una placa en la propia torre de Espantaperros con los nombres de todos los que hayan colaborado en la financiación de la campana para que quede como legado.
Una vez reunidas las donaciones, será el Ayuntamiento el que aporte el dinero que falte hasta completar la inversión, cuya cuantía podría ronda los 45.000 euros.
La previsión del ayuntamiento es que se pueda instalar la campana en el primer semestre del 2021. No solo será un elemento meramente decorativo, si no que lo que se pretende además de devolverle a la ciudad uno de sus símbolos y añadir valor patrimonial al conjunto de la Alcazaba, es que recupere la función que tuvo antaño y se haga sonar, para anunciar las grandes celebraciones. Su uso aún esta en estudio, ha manifestado el Ayuntamiento.