En un mundo cada vez más dividido, donde las heridas de la desigualdad y la injusticia se hacen cada vez más visibles, no se puede mirar hacia otro lado apunta la Coordinadora de ONG´s de Extremadura. La pobreza extrema, los conflictos bélicos interminables, el cambio climático y las crisis humanitarias continúan multiplicándose. En este escenario global, la cooperación internacional es un derecho inaplazable.
Los recientes Presupuestos Generales de Extremadura para 2025 nos enfrentan a una dura realidad, apuntan: los aires de cambio han sido un espejismo: estamos en un proceso de retroceso y desmantelamiento del sistema de cooperación extremeño. La Coordinadora Extremeña de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo (CONGDEX) alza nuevamente su voz para recordar que no podemos permitirnos un retroceso en la solidaridad. Cooperar es un derecho, recortar, una injusticia.
A pesar de que el presupuesto general crece un 2,2% y las políticas sociales se incrementan en un 5,5%, los fondos destinados a las organizaciones no gubernamentales (ONGD), que son el motor de la cooperación en nuestra región, siguen estancados. Apenas 7 euros más que en 2024. Esa es la cifra que nos da el presupuesto destinado por el gobierno regional. Es el peor dato histórico jamás registrado en las cuentas regionales. ¿Es suficiente para hacer frente a un mundo más desigual y deshumanizado que nunca? Si la cooperación internacional no está sobre la mesa, es porque forma parte del menú.
Desde la aprobación de la Ley de Cooperación Extremeña en 2023, que prometía colocar a la región a la vanguardia de la cooperación internacional, los presupuestos de AOD (Ayuda Oficial al Desarrollo) no han hecho más que disminuir, alcanzando en 2025 su nivel más bajo de la historia. Los fondos destinados a la cooperación en Extremadura se estancan en un alarmante 0,132%. Este porcentaje está muy lejos del 0,7% comprometido en la ley, lo que refleja, no solo un incumplimiento de los compromisos adquiridos sino, también, una falta de coherencia con los valores fundamentales de solidaridad, equidad y desarrollo sostenible.
Lo que antes era un modelo de cooperación descentralizada y solidaria, en el que Extremadura desempeñaba un papel crucial, está siendo gradualmente desmantelado. El presupuesto destinado a la AOD ha caído en los últimos 10 años, más de un 23,9% que refleja un retroceso alarmante y un incumplimiento a la política de cooperación regional. En lugar de asumir la responsabilidad histórica que implica formar parte de una red global solidaria, el gobierno extremeño está tomando decisiones que socavan los compromisos internacionales y limitando el impacto positivo que la cooperación tiene, no solo para los países del Sur Global, sino también para las propias comunidades extremeñas, que se benefician de la cooperación en áreas como la educación global, la acción humanitaria y el compromiso medioambiental.
El sector de cooperación y las ONGD en particular, son los actores que ejecutan más del 80% de los fondos destinados a la cooperación. Por ello, su fortalecimiento y sostenibilidad son imprescindibles para garantizar la continuidad de los proyectos que trabajan en la erradicación de la pobreza, la igualdad de género, la justicia social y el cuidado del medioambiente. Las decisiones tomadas por el gobierno de Extremadura deben ser coherentes con estos compromisos globales y no puede permitirse que la falta de recursos y de transparencia minen la credibilidad de la región en el ámbito internacional.
Es fundamental que la AEXCID recupere su rol de motor estratégico de la cooperación y sea financiada adecuadamente para que pueda desempeñar su labor. Necesitamos procesos claros, criterios de evaluación justos y mecanismos de rendición de cuentas efectivos y transparentes.
Es imprescindible que se revise el presupuesto destinado a las ONGD, incrementándose para que podamos alcanzar al menos el 0,21% de la media histórica, un porcentaje que refleje el verdadero compromiso de nuestra región con el desarrollo global y establezca una senda de crecimiento, tal y como recoge la ley de cooperación.
La cooperación internacional no es solo un asunto de recursos y porcentajes presupuestarios, es una cuestión de valores. Y estos valores, justicia, equidad y solidaridad, deben guiar nuestras decisiones. No podemos mirar hacia otro lado cuando hay tanto en juego. Hoy más que nunca, debemos mostrar el verdadero rostro de Extremadura: una región que, con su solidaridad, puede contribuir a un mundo más justo y humano.
Desde CONGDEX se hace un llamamiento urgente a la Junta de Extremadura, a los grupos parlamentarios y a la ciudadanía para que la cooperación internacional vuelva a ocupar el lugar que merece en los presupuestos.
Las crisis globales no deben ser una excusa para reducir nuestro compromiso con la solidaridad, todo lo contrario, deben ser punto inamovible de las políticas y sus presupuestos. Sólo siendo solidarias y a través de la cooperación, podremos mirar al futuro con esperanza y capacidad de cambio.