La bajísima natalidad que estamos viviendo en España está provocada por múltiples factores culturales, sociales y económicos. Y es evidente que, en un contexto hiperinflacionista como el actual, el bolsillo influye, y mucho, a la hora de tomar una decisión tan trascendente como la de aumentar la familia. Ropa, guardería, comida, pañales, accesorios de todo tipo y un largo etcétera de necesidades más o menos imprescindibles, que harán que, solo durante el primer año, los gastos que genera la llegada de un bebé a casa puedan superar los 7.000 euros.
Habitación propia y mucho más
El primer gasto que se debe afrontar es el equipamiento de la habitación del niño; como nosotros, necesita su propio espacio. Olvidándonos de la pintura, el suelo, cortinas y otros elementos decorativos, que seguro acaba haciendo porque siempre queremos lo mejor para nuestros hijos, especialmente si es el primero, lo mínimo imprescindible es una cuna, con su respectivo colchón y una cómoda donde guardar su ropa.
El precio de una cuna va desde los 129 a los 590 euros. Evidentemente, hemos encontrado cunas mucho más caras, superando incluso los tres mil euros, pero entendemos que un precio máximo y razonable estaría en torno a esta cantidad. No podemos olvidar sumar el precio del cochón que está entre los 50 y los 250 euros de media. Por lo tanto, el precio medio de la cuna más el colchón estará en torno a los 500,00 euros. Además, dentro del mobiliario hemos incluido otros artículos que, seguramente, acabará considerando imprescindibles para su bebé, tales como la silla para poderlo trasladar en nuestro coche (teniendo en cuenta que necesitará varias durante su primer año de vida), la bañera que utilizará diariamente, o la trona para poder darle de comer, así como la silla para pasearlo.
Uno de los elementos más caros es el coche de paseo, pudiendo elegir entre un amplísimo abanico de posibilidades, desde los más sencillos y económicos hasta los más sofisticados, con precios que superan los 6.000 euros. Esto dificulta mucho la elección, pero debemos tener en cuenta que lo que debe primar son los aspectos prácticos, como cuánto espacio tienes en casa o en el maletero del coche, el sistema de frenado del cochecito o el mecanismo de plegado... Los cochecitos más baratos rondan los 300 euros, e incluso menos, si se aprovechan ofertas en “outlets” o rebajas. Los más caros pueden superar los 1.700 euros o más. Todos, en ambos casos, están compuestos por capazo, grupo cero y silla de paseo. Por tanto, el precio medio del cochecito está en torno a los 930 euros.
Siempre seguro
Aunque en la compra del cochecito hemos incluido el capazo y el grupo cero, estos nos permitirán los desplazamientos en coche hasta que el niño tenga nueve meses o pese aproximadamente 9 kilos. Después de ese hito, si tenemos la necesidad de seguir transportándolo en coche debemos hacer frente a la compra de la silla. En la actualidad, existe en el mercado la posibilidad de adquirir una silla que nos valdrá hasta que el niño tenga 4 años; además casi todas disponen del sistema Isofix, que proporciona una mayor seguridad y nos permiten un giro de 360 grados. La encontremos en el mercado desde los 160 hasta los 700 euros, por lo que su precio medio rondará los 430 euros.
El aseo
Su baño diario, será uno de los momentos más placenteros, pero para ello se necesitan una gran cantidad de artículos distintos que, además compraremos para todo un año: aceite o crema corporal (3 unidades de 200 ml), un bote de colonia de 750 ml, bastoncillos (3 paquetes de 100 unidades), champú (750 ml), jabón líquido (2 unidades de 750 ml), dos paquetes de toallitas, dos esponjas naturales, un cepillos y peine, 12 tubos de crema balsámica... El total para el aseo puede alcanzar una media de 180 euros.
Bien vestidos
Otro de los elementos con los que hay que contar en el capítulo de gastos cuando se está esperando un niño es la ropita que va a necesitar, tanto para vestirlo a él como para el capazo y la cuna. Además, la ropa de los niños es muy cara, máxime si tenemos en cuenta que crecen tan rápido que les dura poco, y que en doce meses tendremos que hacer frente a la compra de 4 tallas distintas, que irán de 0 a 3 meses, de 3 a 6, de 6 a 9 y de 9 a 12 meses. Así, e indicando siempre los precios medios, como mínimo debemos contar con diez bodys (5 euros unidad), cuatro jerseys y cuatro pantalones (15 euros unidad), cuatro polainas (4 euros unidad), tres pares de calcetines (2,5 euros unidad), tres pares de patucos (2,5 euros unidad), cuatro pijamas (8 euros unidad), un gorro (4 euros), dos toallas de baño (20 euros unidad), dos arrullos (24 euros unidad) y un saco (39 euros). Total 364 euros de gasto medio, teniendo en cuenta que el gasto en ropa para el bebé (237 euros) deberá multiplicarse por las cuatro tallas que va a usar el primer año.
Para el capazo y la cuna debemos realizar la misma operación, es decir, comprar como mínimo para el capazo tres juegos de sabanas (29 euros unidad), dos cubre colchones (19 euros unidad) y una manta (22 euros). Para la cuna compraremos tres juegos de sabanas (39 euros unidad), dos cubre colchones (25 euros unidad), una manta (36 euros) y 1 edredón y protector (70 euros). Con esto, el total de gasto medio para el capazo y la cuna asciende a 420 euros.
Comida y pañales
Pero lo que se lleva la palma en cuestión de gastos, y seguramente los padres primerizos no sean del todo conscientes, son los capítulos de comida y pañales. Como seguro que no están dispuestos a volver a lo de lavar pañales a todos horas (aunque hay países donde se está cuestionando el uso de pañales desechables por el importante coste ecológico que suponen), seguro que se decide por los de usar y tirar. Para calcular su coste, nosotros hemos considerado que durante los tres primeros meses de vida el bebé necesitará una media de 8 pañales diario (uno por cada toma) y que estos se irán reduciendo de forma progresiva conforme se va haciendo mayor. De todas formas, el volumen de pañales es abrumador: durante el primer año de vida se necesitarán aproximadamente 2.900 unidades, lo que da un precio medio que puede ir desde los 625 a los 983 euros.
En lo que respecta a la alimentación, las cuentas variarán considerablemente si se da pecho al niño o no y del tiempo que dura la lactancia materna. Dado que esto es lo más recomendable, al menos durante los cuatro primero meses de vida, ya que además de tener propiedades antiinfecciosas, la leche materna contiene componentes como grasas, minerales y vitaminas, en nuestro gasto sólo hemos incluido la alimentación a partir de los cuatro meses. Quienes, por cualquier razón, no puedan recurrir a la lactancia materna, deben añadir a este capítulo de gastos unos 320 euros de media (16 semanas con un gastos de un bote de leche de formula semanal con un coste medio de 20 euros por bote). A partir del cuarto mes usaremos la leche sustitutiva y en el sexto, comenzaremos a utilizar la de continuación, e iremos poco a poco introduciéndolo en nuevos alimentos (frutas, verduras, carnes, pescados, etc.), este gasto puede alcanzar de media los 1.040 euros.
Guarderías
Y para quien quiera tenerlo todo previsto y no verse sorprendido después por un aumento de los gastos, hay que contar también con la posibilidad de que necesitemos recurrir a una guardería, bien sea pública o privada. Pagaremos igual en una que en otra, ya que no se trata de enseñanza obligatoria.
Las privadas cobrarán el precio que tengan establecido y las públicas, normalmente, en función de los ingresos de los padres. Nosotros, para calcular el coste que esto supondría, incluida matrícula y material que precise el niño, hemos considerado unos 180,00 euros de media al mes, lo que multiplicado por siete (los cuatro primero meses del niño permanece con nosotros en casa y además descontamos uno de vacaciones), nos da unos 1.050 euros para el capítulo de guardería.
El futuro del rey de la casa
Entre unas cosas y otras, el coste del primer año de vida de nuestro bebé sin tirar la casa por la ventana y sin realizar grandes compras, no bajará de los 7.000 euros, prácticamente 600 euros mensuales.
Siempre se ha dicho que los jóvenes son el futuro de nuestra sociedad. Sin embargo, si la natalidad sigue en descenso, cada vez será menor la población joven y mayor la anciana. Una población envejecida supone un gran problema, ya que es una población no productiva, que genera muchos gastos, principalmente sanitarios, disminuyendo con esto la capacidad del país de generar riqueza e ingresos.
Aunque sea una decisión de pareja, queda patente que la administración tendrá que ponerse las pilas si no quiere que dentro de unos años sea tarde para aumentar la natalidad en nuestro país. Si no existen buenas políticas orientadas a la protección de la familia, sumado a una jornada laboral incompatible con la crianza de un hijo y mientras siga esta tremenda crisis económica, el número de nacimientos seguirá en descenso. Creemos que el apoyo económico a las familias es importante, no solo a la hora de tener el primer hijo, sino durante los siguientes años; y, en cualquier caso, fomentar las políticas de conciliación laboral se nos antoja absolutamente fundamental.