VENENO CAMPO

Fondenex denuncia que casi mil animales silvestres mueren todos los años como consecuencia de intoxicaciones por diversos venenos

El más importante de los venenos es el Aldicarb, un carbamato, altamente tóxico, sintetizado en 1965 con gran capacidad de contaminación del subsuelo, y consiguientemente de pozos y acuíferos.

Redacción

Extremadura |

Fondenex denuncia que casi mil animales silvestres mueren todos los años como consecuencia de intoxicaciones por diversos venenos
Fondenex denuncia que casi mil animales silvestres mueren todos los años como consecuencia de intoxicaciones por diversos venenos | Fondenex

Casi mil animales silvestres mueren todos los años como consecuencia de intoxicaciones por diversos venenos, el más importante el Aldicarb. El Aldicarb es un carbamato, altamente tóxico, sintetizado en 1965 con gran capacidad de contaminación del subsuelo, y consiguientemente de pozos y acuíferos, por lo que la intoxicación de las personas a través de productos vegetales, como ya ha sucedido con las sandías en California, donde se intoxicaron más de 2.000, es posible. Además del Aldicarb se han detectado otros venenos: anticolinesterásicos y carbofuranos sobre todo.

En Extremadura, entre el inicio de los años 90 del siglo XX y finales de los 20 del XXI, casi 30 años, han sido encontrados muertos casi 25.000 animales silvestres, incluidos los pertenecientes a especies protegidas escasas y valiosas. Entre 2000 y 2018 se investigaron más de 1.500 casos sospechosos de muertes por cebos envenenados, de los cuales se pudieron certificar como positivos casi 640, pero hubo más de 300 dudosos, con muestras deterioradas o no analizados, por lo que 2/3 podrían deberse a distintos tóxicos.

Entre las especies más afectadas, 75 milanos reales (en peligro de extinción), 52 buitres negros (declarada como sensible a la alteración de su hábitat) y hasta seis ejemplares de águila imperial ibérica, una de las aves más amenazadas del planeta. Pero tampoco se libraron cigüeñas negras (en peligro de extinción), linces o águilas reales, perdiceras y aguiluchos cenizos. Y a la cabeza de todos, el buitre leonado, el carroñero por antonomasia.

En cuanto a distribución geográfica de cebos envenenados hay cinco zonas que llaman la atención: Villuercas, sierra de San Pedro, La Siberia, término de Mérida, con casi 90.000 has y el parque natural de Cornalbo (donde más cebos se utilizan) y Guadiana Internacional. Es decir, los espacios más valiosos de Extremadura.

Esta práctica ilegal puede dar al traste con los planes de recuperación de especies amenazadas y en peligro de extinción, por lo que la Administración Central (SEPRONA) y la Junta de Extremadura (consejerías de Agricultura y Gestión Forestal) deben potenciar e incrementar sus medios humanos y materiales para detectar dichos cebos y los animales que mueren como consecuencia de ellos.

En la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente celebrada el 24 de julio de 2024, se aprobó la < >, preconizándose la formación especializada de Agentes del Medio Natural en este campo, así como la utilización de marcaje con emisores de determinadas especies y el uso de patrullas caninas.

La normativa vigente en este campo, como otras, teóricamente está muy bien, pero en la práctica deja bastante que desear. La Orden de 27 de marzo de 2015 aprueba la estrategia extremeña contra el uso ilegal de cebos envenenados en el medio natural y la especialización de dos Agentes del Medio Natural por cada UTV (Unidad Técnica de Vigilancia) y formación del resto, pero esto no se ha llevado a cabo todavía por la Junta de Extremadura.

El único equipo cinológico de la Junta de Extremadura (perros adiestrados para detectar este tipo de sustancias) ubicado en Sierra de Fuentes, está inoperativo, por lo que es muy difícil detectar la utilización de este potente veneno.

Todo el esfuerzo que se realiza para recuperar especies tan emblemáticas como el águila imperial ibérica, el buitre negro, el águila perdicera o el alimoche, puede ser baldío si no se llevan a cabo labores intensas de inspección y detección de esta sustancia, que no sólo tiene sanción por vía administrativa, sino también penal.

FONDENEX se ha dirigido tanto al Delegado del Gobierno en Extremadura como a la Presidenta de la Junta de Extremadura para que se potencien estos equipos de localización de cebos envenenados y no solamente se eviten muertes de especies animales protegidas, sino también de posibles intoxicaciones de personas. Unos pocos gramos Aldicarb pueden producir la muerte de más de un centenar de personas y de miles de aves.